Primero lo primero: es inaceptable que la máxima autoridad del departamento no tenga el respeto debido a las instituciones democráticas, emanadas del voto popular. Guste o no a la Sra. Cosse, la Junta Departamental es un órgano fundamental en la toma de decisiones en el departamento y su ausencia -física, ya que virtualmente concurrió una única vez- muestra una falta de compromiso con la transparencia y la rendición de cuentas.

La situación es aún más grave cuando consideramos que Cosse ha evitado acudir a las convocatorias de la Junta Departamental para abordar temas importantes, como la contratación de los ex custodios de Tabaré Vázquez, los casos de malnutrición en policlínicas de la capital, los títulos falsos de su personal de confianza o la falta de respuesta a los pedidos de informes. Estos son temas que afectan directamente a los contribuyentes montevideanos y es responsabilidad de la Intendente abordarlos de manera transparente.

Para peor de males, la Intendencia de Montevideo ha tratado de justificar la ausencia de Cosse en base al artículo 285 de la Constitución, que permite que los funcionarios de la intendencia puedan representarla. Sin embargo, esto no justifica -reiteramos- su falta de compromiso con las instituciones democráticas y su falta de respeto hacia la oposición y los ciudadanos que ésta representa.

Así las cosas, la decisión de la coalición de iniciar un juicio político contra Cosse es comprensible e, independientemente del resultado, es una señal clara de que la democracia no puede ser pisoteada y que los líderes electos deben rendir cuentas, les guste o no.

Es hora de que Carolina Cosse deponga su actitud y demuestre su compromiso con la transparencia y la rendición de cuentas.