Crecen los “tragamonedas” al amparo de sectores políticos



Hay treinta mil maquinitas ilegales, que generan unos 170 millones de dólares al año, pero la complicidad de algunos sectores políticos impide su regularización

Según el semanario Búsqueda, la existencia de maquinitas tragamonedas ha tenido un crecimiento muy notorio en los últimos tiempos. Las salas que solo tienen maquinitas son cada vez más frecuentes y en los bares donde antes había dos o tres máquinas, ahora se cuentan por decenas. La mayoría de los minicasinos están a la vista, con carteles en la calle que prometen suerte, diversión y pozos acumulados. Nadie sabe cuántas son. La Dirección de Loterías y Quinielas, que quiere prohibirlas, estima que hay más de 30.000 tragamonedas barriales, cinco veces más que los slots habilitados en los casinos, y que mueven más de US$ 170 millones al año. En cambio, las cámaras que nuclean a fabricantes y dueños de máquinas manejan cifras menores, según afirma el semanario.

El negocio se mueve en una zona gris, por lo que no hay fiscalización del Ministerio de Economía y al no haber una ley que regule la situación, no han prosperado las denuncias ante la Justicia que el propio Ministerio ha realizado. Hubo varios proyectos de ley, algunos de ellos enviados por el Poder Ejecutivo, que nunca fueron votados.

Se presume que la cercanía entre los propietarios del negocio y el sector del ex presidente Mujica es lo que explica la omisión legislativa. Según Búsqueda, “ese lobby ganó terreno en el Movimiento de Participación Popular gracias al vínculo generado entre la diputada Susana Pereira y los dueños de los slots, en el que jugó su papel el ex barrabrava de Peñarol devenido en maquinero, Jorge Rivero”. Susana Pereyra es la esposa del Ministro de Interior, Eduardo Bonomi.

El semanario también indicó que dirigentes políticos de otros sectores van a visitar a los “maquineros” antes de las elecciones para solicitarles apoyos financieros.