Educación, educación, ¿educación?



Por Jorge Ciasullo

Las dificultades para iniciar las clases en Secundaria se repiten machaconamente todos los años.

Veamos:

-Edificios. Diversos centros de estudio en Montevideo; Bella Unión; Maldonado y Canelones tienen serios problemas que van desde servicios higiénicos imposibles de ser habilitados; planchadas, que son de reciente construcción que presentan grietas y consiguientes goteras; instalaciones eléctricas que significan peligro de vida y aulas en contenedores –en forma transitoria- que recuerda aquello de que “no hay nada más permanente que lo transitorio”.

-Inscripciones. Según la Federación Nacional de Profesores de Enseñanza Secundaria (Fenapes), hay cientos de alumnos que no saben a qué liceo deben concurrir o que, si lo saben, no conocen cuál es el grupo al que han sido destinados. También el gremio asegura que hay materias sin cubrir y profesores a los que no se les ha asignado horas ni centros educativos.

-Conflictos. Ante este panorama Fenapes ha declarado que se iniciarán las clases según lo previsto, pero en forma “virtual”. ¿Qué es en forma virtual? No se aclara, pero suponemos que no se pasará lista de asistencia, no se dictaran cursos, profesores y alumnos estarán o no en los centros educativos, en una palabra sí, pero no, una novedad universal. Por supuesto que ya se anuncia un paro de 24 horas para el 8 de marzo, conmemorando el día de la mujer a la vez que Fenapes se declara en conflicto y asamblea permanente.

-Las estadísticas. Fenapes, con razón, ha manifestado rechazo a la decisión del Consejo de Educación Secundaria (CES), en el sentido de que aquellos estudiantes de ciclo básico que al finalizar el período de liceo, deban más de tres materias, tengan la posibilidad de cursar durante el año académico las materias que no aprobaron, evitando, de ese modo, la repetición y mejorando (trampeando) las estadísticas en cuanto a resultados. No se tiene en cuenta obviamente si el estudiante ha adquirido los conocimientos suficientes o si no sería mejor para su futuro, repetir.

-Conclusiones. Las estadísticas también nos demuestran, que solamente el 7% de los alumnos provenientes de las clases sociales más necesitadas logran culminar el bachillerato, mientras el 65% de los estudiantes de contexto económico más favorecido, lo logran.

El gobierno del Frente Amplio bate el parche sobre su particular atención a aquellos sectores poblacionales más necesitados, pero con estas medidas, a las que se suman, no contar las asistencias, no considerar si se han cumplido las horas asignadas para cada materia, y fundamentalmente, no tener en cuenta los conocimientos adquiridos y la madurez alcanzada, evitando, a como dé lugar la repetición, es justamente a esos quintiles de la población a los que está condenando.

Aristóteles, alejándose del idealismo de su maestro Platón hace 2300 años, sostuvo que “la única verdad es la realidad” y la realidad es que nuestra educación pública hoy es un desastre, donde un sector muy minoritario de los quintiles sociales más bajos –profesores particulares mediante- logra que sus hijos culminen el bachillerato con relativo éxito.