El voto que el alma pronuncia

Por Jorge Bentos

Y sí... hemos llegado a las internas partidarias. Nos enorgullece haber formado, entre todos y bajo el liderazgo del único estadista vivo que posee el Uruguay, el Dr. Sanguinetti. Juntos hemos diagramado diferentes estrategias que han nuevamente posicionado al glorioso Partido Colorado en el tablero de decisión política.

Dentro de ese fantástico marco y que atesoraré de por vida en mi cerebro, se ha reconstruido la casa de todos, es decir la Casa de nuestro Partido; la hermosísima sala de las grandes convenciones populares; se han rescatado del olvido muchísimas obras de arte afines a la causa; nos hemos aggiornado informáticamente y hemos peleado las ideas desde este Correo de los Viernes desde los diferentes ángulos.

Mucho le debemos también a Luis Hierro, que en un más que humilde posicionamiento ha realizado lo mejor para las futuras generaciones en restaurar y realizar el inventario correspondiente de grandes obras en poder de nuestra divisa.

Nuestro Partido se ha puesto de pie. Estamos en condiciones de dar una hermosa lucha cívica en pos de nuestro país, liderando o ayudando a liderar, pero estamos. Al principio éramos la vieja guardia solamente, pero fueron sumándose de a poco, de 5 en 5, de 10 en 10, de 100 en miles hoy hasta que se abran las urnas no sabemos exactamente cuántos somos, pero ya somos muchos sin dudas.

Hemos dejado los espacios para que los jóvenes brillen por sí mismos y construyan los lineamientos del nuevo Uruguay. Algunos, como el que escribe esta nota, han cerrado filas en alguna lista, con verdadero honor, dejando el espacio para los demás colorados que se puedan postular; esa es la esencia de nuestro Partido.

Termino esta breve nota expresando que no importa quién de los tres principales competidores gane la interna, sino que lo verdaderamente importante es que nuestro partido está peleando por las libertades de todos los uruguayos. Por eso me despido con esa frase con la que tanto me identifico de Don José Batlle y Ordóñez: “Nada pido para mí, sino para mi pueblo”.