Edición Nº 983 - viernes 22 de marzo de 2024        

Un Frente más angosto

El todavía reciente fallecimiento del Cr. Astori, heredero del Gral. Seregni y líder indiscutido del centrismo democrático frentista de las últimas décadas, terminó de confirmar una realidad que desde hace varios años se ha venido haciendo patente: el ala moderada de la izquierda vernácula está extremadamente menguada, prácticamente desaparecida. Aunque en época electoral se pretenda soslayar, de "amplio" al Frente le queda muy poco.

"Al Frente amplio se lo disputan los comunistas y los tupamaros. Ese concepto reduccionista, dicho así o con palabras más leves dependiendo del emisor, se ha convertido en uno de los principales argumentos de la coalición gobernante para tratar de convencer a los votantes de que estamos ante la versión más radicalizada de la izquierda", escribió hace pocas semanas el periodista Leonardo Pereyra en su habitual espacio en El Observador.

Aunque Pereyra relativiza el mote "radical" que algunos miembros de la coalición lanzan sobre Orsi y Cosse, reconoce en su columna que la "moderación" de la corriente impulsada por el Cr. Astori, heredera del seregnismo, "ha ido perdiendo peso en la izquierda, situación que se profundizó con la muerte del exministro de Economía y exvicepresidente". Bergara, quien se suponía levantaría las banderas del centrismo democrático, no sólo ha ido perdiendo fuerza en la interna, con una fuga de dirigentes que amenazan la viabilidad de su candidatura, sino que también ha asumido un discurso menos moderado.

El candidato que en 2019 se quejaba de que "la derecha" había instalado el término "dictadura" como parteaguas de la campaña, no tuvo empacho en compartir una noticia del diario oficial de la dictadura cubana, Granma, para festejar el 65 aniversario de la revolución cubana. Fue en enero de este año que Bergara escribió: "Hoy comienza el año 65 de la Revolución Cubana. Su gobierno declara que la consigna de la hora es emprender ‘la gran tarea de cambiar todo lo que deba ser cambiado'. Si lo logran, Cuba dará al mundo una segunda gran lección. La primera fue que la dignidad no se negocia por poderoso que sea el adversario."

Aunque las encuestas suelen tener problemas para estimar con precisión las internas, la tendencia no es favorable para Bergara. El otrora indiscutible candidato moderado, marca entre cuatro y siete puntos porcentuales en todas las encuestas que se han presentado de momento. Y luego de los números, las fugas... Durante meses, "fuentes frenteamplistas" volcaron en los medios el rumor de que la candidatura de Bergara estaba siendo considerada debido a la poca adhesión que ésta lograba. El propio dirigente llegó a decir, naturalmente ofuscado, que él "no discutía con fuentes".

El lunes pasado, las agrupaciones frenteamplistas "Magnolia" y "Plataforma" retiraron su apoyo a Bergara y anunciaron que trabajarán en la campaña del exintendente Yamandú Orsi. "La polarización electoral total en el mapa político interno con dos opciones que ya fueron adoptadas por el clamor popular frenteamplista con amplitud y contundencia [llevaron a tomar la decisión]", justificó uno de los grupos. El razonamiento es claro, la elección se la disputan el MPP, por un lado, y el Partido Comunista, junto al radical y hoy auxiliar Partido Socialista (otro que fue brutalmente vaciado de moderación), por el otro. No es "reduccionismo", como argumenta el citado periodista, es la realidad.

Por razones biológicas, primero, e ideológicas, luego, la realidad política del Frente (ex Amplio) ha cambiado radicalmente. Sin un Seregni, un Vázquez o un Astori, la influencia viene ahora del lado del movimiento sindical, que también se ha radicalizado, y con el que ya no se oculta -ni se cuidan las formas- la relación. El presente período de gobierno ha sido una muestra clara de ello. Recordemos las acusaciones en pandemia, los caceroleos y los apagones que organizaba el propio Pereira -otrora dirigente moderado y respetado- antes de convertirse, poco tiempo después, en el presidente del frentismo.

Ni hablemos de la LUC o la más reciente sequía. Todas oportunidades en las que la izquierda política y sindical demostró su pequeñez republicana, su mezquindad política, sus ambiciones más bajas de poder. Es, pese a quien le pese, la peor versión del frentismo. La misma que, mientras defiende a los regímenes de Cuba y Venezuela, dice -en su programa único- que en el Uruguay de hoy se practica un modelo "neoliberal excluyente de desigualdad" con "políticas privatizadoras" que han procurado "por todos los medios" desarticular "los avances populares que el país alcanzó en la etapa anterior".

Nunca mejor dicho: en el Frente, "es lo que hay"... 


¿Qué es lo primero?

Por Julio María Sanguinetti

Todo gobierno vive la angustia de esa pregunta molesta: ¿qué es lo primero, dónde están mis prioridades, cómo arbitro las demandas con recursos siempre escasos?

Basta mirar un diario para oír que hace falta más dinero para duplicar los Centros Espínola, que hay inversiones imprescindibles en salud, que la ciencia tiene que contar con un porcentaje del PBI, que hay que instalar centros de rehabilitación de adictos, que el narcotráfico nos acosa, que la pobreza infantil reclama un tratamiento urgente, que... y que....

La cuestión es que todo eso hay que hacerlo compatible con un equilibrio inestable que ya registra un déficit general de 3.65% del PBI, aunque lo celebremos como muy moderado en términos nacionales e internacionales. El hecho es que el BPS, pese a los aportes y a los 7 puntos de IVA, registra un déficit del orden de 600 millones de dólares, a los que hay que agregarle las otras cajas, francamente deficitarias. Sin ir más lejos, la Profesional considera que necesitará 150 millones de dólares, una vez que aplique un plan que acaba de proponer.

El FONASA, que hoy recibe un impuesto general, tampoco solventa su presupuesto y hubo que transferirle el año pasado unos 300 millones de dólares.

El hecho final es que el país este año pasado tuvo un déficit a financiar de 2.800 millones de dólares, que se incorpora a una deuda hoy des 37.000 millones de dólares, el 53% del PBI. Esa deuda nos cuesta 1.400 millones de dólares al año de intereses. Al que hay que sumarle otros 1.000 millones aproximadamente, que se pagan en las llamadas Letras de Regulación Monetaria, hoy muy discutidas por lo elevado de los intereses.

Son todos estos números muy gruesos, que reseño simplemente para entender que administrar todos los reclamos, la mayoría legítimos, nos llevan a la pregunta inicial: ya que todo a la vez es imposible, ¿qué es lo primero? A lo que podemos agregar, ¿qué es lo más urgente, que no siempre puede ser lo más importante a largo plazo?

Felizmente el país superó las tres crisis sufridas en este período (pandemia, cuyos efectos continúan; sequía y el arrastre de la guerra europea). Las manejó razonablemente y por eso recuperó los 60 mil empleos que había perdido el último gobierno frentista, generó 80 mil y hoy hay 100 mil personas más aportando al BPS, lo que quiere decir que también bajó la informalidad. Lo hizo, además, mejorando el salario real, que ya recuperó y en algo mejoró el nivel anterior a la pandemia. Para los críticos del gobierno de coalición esto es nada, pero miremos al mundo y advertiremos que la performance de Uruguay es más que exitosa.

En todo caso, lo primero es mantener los equilibrios básicos. Si los perdemos, porque nos vamos de banda en los gastos, los pagaremos en inflación y bajas salariales, en más deuda, menos empleo, etcétera, etcétera...

Por eso hay que definir muy claramente donde están hoy los problemas que el país tiene como impostergables y ver cómo se pueden atender con un presupuesto de por sí deficitario.

A corto plazo está claro que hay que apoyar tecnológicamente a la Policía de un modo muy fuerte para que el fenómeno del narcotráfico no nos lleve a situaciones indeseadas, como vemos muy cerca nuestro, en ciudades tan afines a nosotros como Rosario de Santa Fe.

A mediano plazo, la educación sigue siendo exigente en recursos, la ciencia y la innovación también y un fenómeno, nuevo y crucial, realmente nos acosa: son las adicciones. Atenderlas en la rehabilitación pero fundamentalmente prevenirlas. Basta salir a la calle para ver cómo ha crecido esa gente sin destino que es en su gran mayoría la consecuencia de las drogas. Si queremos, además, no ser prisioneros del menudeo del narco, tenemos impostergablemente que bajar la demanda. Esto es claro: si hay demanda, va a ver oferta. Ahí está el nudo.

Otro tema grave a mediano plazo es la pobreza. No solo infantil, de la que se habla mucho y demagógicamente. Quienes creamos los CAIF y luego las escuelas de tiempo completo, podemos decir que estamos de verdad en el tema y no en los discursos. La pobreza está en un orden del 10%, algo más, algo menos, y que no se han recuperado totalmente los niveles previos a la pandemia. Añadamos que siempre habrá más niños pobres en los sectores de menores ingresos que en los del medio. Por eso la pobreza infantil tiende siempre a ser mayor que el índice general. Comparar una pobreza infantil del 20% con un 3% en la edad madura, no es afirmar algo en sí mismo negativo, porque quiere decir que la pobreza inicial no se congeló y que en el correr de la vida se salió de esa situación. El que nació pobre, no necesariamente muere pobre. La cuestión es que hay que bajar ese número en los niños. En plena pandemia se creó el Bono Crianza, se multiplicaron las asignaciones familiares, se hizo un gran esfuerzo, pero está claro que no es suficiente. He allí, entonces, un problema, que empieza por bajar el nivel general de pobreza, que inmediatamente repercute en la infancia. A ésta es preciso llegarle, además, con más asistencia y más educación, no solo con más dinero.

Podríamos seguir señalando requerimientos importantes de nuestro desarrollo económico y social. Baste advertir la importancia de los señalados, entre tantos otros, para medir la magnitud del tema. Sin olvidar nunca, y volvemos al inicio, que lo que queramos enfrentar no puede ser a costa de un equilibrio general que nos puede rezagar.

Nuestro Estado es grande y su costo es caro. Por eso debemos ser eficientes en administrar recursos. Pero solo la presencia del Estado en la sociedad es la que sustenta la democracia tolerante en que vivimos. La paz social no es barata. Pero es la paz necesaria para convivir.


Ganancias de ANTEL: U$S 246,4 millones de dólares

Desmintiendo el bulo de que ANTEL había terminado 2023 con un déficit global de U$S 20 millones, el balance aprobado por el directorio ayer revela que la telefónica estatal continúa manteniendo una sólida posición, habiendo ejecutado importantes inversiones de interés social. Eso sí: el Antel Arena sigue siendo el "muerto", que volvió a dar pérdidas aunque menos que en años anteriores.

Efectivamente, la semana pasada circuló, a partir de un informe del Ministerio de Economía y Finanzas, un bulo en torno al supuesto déficit de ANTEL, bulo del que se hicieron eco las redes sociales y hasta el semanario "Brecha" en una nota titulada "Fuera de línea". Como explicó clarmente la presidenta Annabella Suburú -y ratificó el representante del Frente Amplio en el directorio, el economista Daniel Larrosa- no es que ANTEL terminara con pérdidas sino que esa cifra corresponde a "la caja", o sea, el efectivo disponible para su operativa. "No es que Antel se quedó sin caja, sino que tiene 20 millones de dólares menos al final del ejercicio que al principio", señaló Suburú a Radio Carve.

El balance aprobado ayer pone de relieve la sólida gestión llevada a cabo por el ingeniero Gabriel Gurméndez, que combinó el éxito comercial de la empresa, imprescindible, con el sentido social de su existencia como tal, llevando fibra óptica y conexiones 5G a las áreas más remotas del país.

Como señalamos en el título, las ganancias de la empresa se ubicaron en 264,4 millones de dólares, una cifra prácticamente igual a la de 2022 (U$S 264,8 millones).

La contribución a las arcas públicas de ANTEL fue de U$S 116 millones y en 2022 había sido de U$S 144 millones, siendo las cifras más altas de transferencias a Rentas Generales de los últimos 20 años.

A su vez, el margen operativo de 2023 (ingresos operativos, o sea, los beneficios deducidos los gastos operativos ÷ ventas netas) fue de 23%, cifra superior las últimas de la gestión del Frente Amplio (15% en 2019, 16% en 2018 y 13% en 2017).

La empresa de telecomunicaciones tuvo, además, un incremento del 2,1% en servicios de telefonía móvil en relación a 2022 y si se toman solo los servicios de datos y de la llamada "internet de las cosas" (interconexión de objetos de todo tipo con internet, ya fueren celulares, televisores, relojes inteligentes, automóviles, etc.), el incremento fue de 12%.

Las inversiones, que consistieron básicamente en la instalación de radio-bases para la red 5G y el tendido de fibra óptica, tanto en Montevideo como en el interior, ascendieron a U$S 156 millones (lo mismo que en 2022).

El Antel Arena, como ya señalamos en el epígrafe, volvió a dar pérdidas en 2023, que llegaron a U$S 1,8 millones, aunque se bajó sensiblemente con respecto a los años anteriores (U$S 2,8 millones en 2022 y U$S 4,4 millones en 2021).

En suma, una gestión con sensibilidad social y audacia y rigurosidad comercial.



Yo te creo... ¡si sos compañero!

Sea cierta o no la denuncia en contra del Prof. Orsi, cuestión que deberá dirimir la Justicia con todas las garantías del caso, es insoslayable la actitud hipócrita con la que el frentismo asume los hechos. Expertos en condenar a golpe de balde, reclaman tiempo y denuncian una "conspiración internacional", en la que algunos ya se animan a vincular al gobierno.

La formalización de la denuncia de una mujer trans en contra del Prof. Orsi -debido a un una supuesta agresión sucedida hace diez años- se apoderó de la agenda mediática de las últimas semanas, sacando a relucir la hipocresía y la doble vara del frentismo. Rápidamente, dejaron atrás aquella máxima de "creerle siempre a la víctima" y salieron a denunciar una supuesta "conspiración internacional", que pretende torcer los resultados electorales de octubre próximo. Una "mafia internacional" con "mucha guita", llegó a referir el propio Orsi.

"No es lo mismo", dicen los frentitas al recibir críticas por su desdoble. Unos piden que no seamos tan tontos y miremos el "contexto" y que entendamos que el "creerle siempre a la víctima" no puede estar eximido de "sentido común". Otros, como el publicista Valenti se enojan y lanzan mensajes cargados de estigmas: "¿Le van a creer a una prostituta trans que hace una denuncia nueve años después o a un gobernante que en 20 años en la Intendencia de Canelones no tiene una denuncia, una acusación, nada, tiene familia y una trayectoria impecable?".

Los "antipatriarcales" más moderados ponen en duda la memoria de la eventual víctima, que podría estar "confundiéndose" de agresor o estar siendo manipulada por intereses políticos espurios. Obviamente, también pusieron en duda a Romina Celeste Papasso, que dicen "no es confiable". Lo -no tan- curioso es que en el caso de abuso que involucró al Senador Penadés, hoy preso, el testimonio de Papasso fue considerado incuestionable por parte del frentismo.

La nueva regla del frentismo -que ya ha sido aplicada en varios casos de abusos que involucran a dirigentes de sus filas- es sencilla: todo denunciado es culpable, siempre y cuando no sea compañero...


La "paternidad" del grado inversor no es frentista

El desinflado precandidato a la presidencia de la República por el Frente Amplio, Mario Bergara, cuestionó que la ministra de Economía, Azucena Arbeleche, festejara que la calificadora de riesgo Moody's elevase la nota de la deuda uruguaya, tras una década de estancamiento. El precandidato reclama la "paternidad" del grado inversor, pero olvida que el mismo se consiguió por primera vez durante la segunda administración del ex Presidente Sanguinetti.

El año pasado, las tres calificadoras de riesgo más importantes del mundo, Fitch Ratings, Moody's y Standard & Poor's (S&P), mejoraron las perspectivas para Uruguay. En dos de ellas, nuestro país logró calificaciones históricas durante el 2023.

En abril de ese año, S&P subió la nota de Uruguay a "BBB+", con perspectiva estable. En su resolución, S&P destacó que la perspectiva estable refleja la expectativa de que el crecimiento económico continuo y los resultados fiscales estables contribuyan a un déficit fiscal moderado y a la estabilización en los niveles de deuda. Además, la agencia resaltó el avance en las reformas estructurales, con especial énfasis en la reciente reforma de la seguridad social, y reconoció como positivos los cambios en la regla fiscal, la mayor transparencia en el mercado de los combustibles y las acciones por una mayor inserción internacional, entre otras.

En junio, la agencia Fitch Ratings subió la nota de deuda de Uruguay, desde "BBB-" a "BBB", con perspectiva "estable". La nota otorgada es la más alta que ha recibido Uruguay por parte de dicha agencia desde que ésta comenzó a calificar al país en enero de 1995. "El sólido desempeño fiscal del país que permitió absorber el shock de la pandemia del covid-19, sumado al historial de cumplimiento del marco fiscal modificado -desde 2020-, que ha mejorado su credibilidad, aumenta la resiliencia a los shocks económicos y reduce el riesgo de un potencial aumento en el stock de la deuda pública", justifican la decisión según el comunicado de la calificadora.

Sumándose a las calificaciones históricas, el viernes de la semana pasada, Moody's elevó la nota de la deuda uruguaya, luego de una década de estancamiento en la calificación. De esta forma, la agencia reafirmó la mejor calificación en la historia del país (que ya le daban las otras dos agencias mencionadas). La nueva calificación se debió a "instituciones sólidas que apoyan la implementación de reformas estructurales y cumplimiento continuo de los marcos de política fiscal y monetaria, que a su vez apuntan a tasas de crecimiento más altas y sostenidas que en el pasado, respaldado por una fuerte inversión", indicó Moody's.

Como es lógico, la ministra de Economía y Finanzas, Azucena Arbeleche celebró el logro, y brindó una conferencia de prensa en la que afirmó que la noticia "genera un impacto directo en todos los uruguayos, porque genera un país más atractivo para los inversores, lo que converge en la generación de empleo, el fin último de la política económica".

En este contexto, la ministra marcó diferencias con el frentismo. "Esta administración ha tenido una política fiscal distinta a la de los gobiernos anteriores, donde había suba de impuestos para financiar excesos de gasto y se ponían metas fiscales que no se alcanzaban", dijo Arbeleche que destacó, en referencia a la nueva regla fiscal, "hemos puesto reglas de juego claras y hemos jugado dentro de las reglas". Arbeleche se refirió, finalmente, al aumento del empleo acompañado de incremento del salario real y la baja de inflación, criticando, por "disparatado", el plebiscito del Pit-Cnt para revertir la reforma jubilatoria, una reforma que destacan todas las calificadoras.

Como era de esperarse, el inefable Bergara se molestó porqué, según él, Arbeleche no le dio al Frente Amplio el crédito que se merece. "Yo creo que tiene un componente de mezquindad utilizar un tema que claramente responde a un proceso de largo plazo como un logro de tres días. Esto no se logró en tres días", dijo el economista frentista.

Estamos de acuerdo, Sr. Bergara. Ya en la segunda administración Sanguinetti (1995-2000) Uruguay escaló hasta obtener el grado inversor, que logró por primera vez en su historia. También es cierto que el mismo se perdió en el curso de la brutal crisis de 2002, recuperándose en 2012, luego de siete años de administraciones frentistas. Pero no podemos soslayar que si no fuese por el manejo responsable de la mencionada crisis, nunca se hubiese recuperado esa calificación, que, ya que estamos, le recordamos al Sr. Bergara que en 2019 estuvimos a punto de perder, producto del manejo irresponsable de la economía por parte de su partido. No pueden reclamar ninguna "paternidad"...


Los agoreros del desastre se quedaron con las ganas

Desde el inicio del presente período de gobierno, la oposición frentista ha pretendido instalar la idea de que la coalición busca desmembrar las empresas públicas. Sin embargo, los últimos resultados financieros de tres de las principales estatales, UTE, ANCAP y ANTEL, desmienten la predica fatalista y demuestran un desempeño histórico que refleja una gestión eficiente y estratégica por parte del gobierno de coalición.

La semana pasada, en medio de una polémica publicación de Brecha, que comentamos aquí, la presidente de ANTEL, Annabela Suburú, anunció que la empresa cerró el año 2023 con una ganancia de 246 millones de dólares, consolidando así tres años consecutivos de excelentes resultados financieros.

Pocos días después, el presidente de ANCAP, Alejandro Stipanicic también informó ganancias por 85 millones de dólares en 2023, a pesar de enfrentar desafíos como la parada técnica de la refinería de La Teja durante cuatro meses.

Finalmente, la misma semana, UTE, que debió enfrentar un año complejo debido a la sequía histórica que afectó a nuestro país, teniendo que sopesar un aumento de los costos de abastecimiento de la demanda y una disminución en las exportaciones de energía a la región, informó que logró registrar ganancias por 125 millones de dólares en 2023.

Estos resultados financieros récord son un claro indicador del éxito de la gestión de la coalición en el fortalecimiento de las empresas públicas. Lejos de privatizarlas, desmejorarlas o dañarlas, la coalición ha sabido impulsar su crecimiento y consolidación, garantizando así su contribución al desarrollo económico y social del país.

Lo del título...


Uruguay destaca en clima de negocios

Estudios recientes -"Índice de Clima Económico" de la Fundación Getúlio Vargas y "Encuesta a Inversores Extranjeros" elaborada en conjunto por Uruguay XXI y Equipos Consultores- revelan que nuestro país es visto por los inversores extranjeros como un destino atractivo. El clima de negocios es el mejor en varios años.

De acuerdo con el Índice de Clima Económico (ICE) elaborado por la Fundación Getúlio Vargas (FGV), la región alcanzó los 107,2 puntos en el primer trimestre de 2024, cifra que no se veía desde 2013. En este panorama positivo, Uruguay no solo acompaña la tendencia general sino que se sitúa en una posición envidiable, ocupando el segundo lugar en el ranking de mejor clima de negocios con 139,4 puntos, solo superado por Paraguay.

De acuerdo a los datos publicados en Ámbito, el podio del ICE lo completa Brasil, con 114,6 puntos, mientras que México tiene 114, completando el póker de países en zona favorable. El resto de la región se encuentra en la zona desfavorable. Perú cuenta con 85,3 puntos, Colombia con 72,8, Chile con 72,7, Ecuador con 42,2 puntos, Argentina con 41,7 puntos (pese a la suba desde 26,1 impulsada por el gobierno de Javier Milei) y Bolivia completa la tabla con 20,8 puntos.

Por otro lado, la encuesta a inversores extranjeros realizada por Uruguay XXI y Equipos Consultores, presentada recientemente por el ministro de Relaciones Exteriores, Omar Paganini, y la ministra de Industria, Energía y Minería, Elisa Facio, corrobora este optimismo. El estudio reveló que un 84% de las empresas extranjeras están satisfechas con el entorno de negocios en Uruguay, destacando un incremento significativo en la satisfacción en comparación con años anteriores.

Los inversores extranjeros valoran especialmente la estabilidad macroeconómica, política y social del país, así como las exoneraciones e incentivos fiscales y la libertad cambiaria. Más del 80% de estas empresas han realizado inversiones en el país en los últimos cinco años, principalmente con el objetivo de expandir sus operaciones o mantener su actividad, demostrando un compromiso a largo plazo con el mercado uruguayo.

Estos hallazgos no solo subrayan la posición privilegiada de Uruguay en el escenario regional sino que también reflejan el esfuerzo conjunto entre el sector público y privado por crear un entorno propicio para los negocios. La estabilidad y las políticas orientadas al mercado parecen ser claves del éxito, posicionando a nuestro país como un atractivo polo de inversión a nivel global.


De certificados falsos y horas truchas...

El martes de la semana pasada, se conoció la noticia de que el Directorio del INAU presentará una demanda contra el funcionario José Ignacio López, hijo del vicepresidente del Pit-Cnt, José Lorenzo López, por irregularidades administrativas. Según lo revelado en diversos medios, López habría falsificado la firma de su supervisora para adjudicarse -y cobrar- de manera indebida unas 40 horas extras por mes, durante un período de cuatro años, totalizando 1.920 horas.

La investigación interna iniciada en diciembre de 2022 arrojó luz sobre las prácticas irregulares de López, que desempeñaba funciones de administrativo en el Centro de Breve Estadía Masculino del INAU. Se constató que López no solo habría manipulado registros para cobrar horas extras sin autorización, sino que también habría omitido firmar el libro de entrada y salida en reiteradas ocasiones.

El modus operandi de López fue descrito como sofisticado por fuentes del INAU, quienes señalaron que durante el proceso de investigación, los libros de firmas fueron adulterados nuevamente, esta vez para justificar las horas extras. Se agregaron entradas y salidas falsas, incluso durante el período de la pandemia, dando la impresión de haber trabajado en horarios no habituales para justificar el cobro indebido.

Ante estas graves acusaciones, según se supo el martes de la semana pasada, el directorio del INAU ha decidido emprender acciones legales contra José Ignacio López. Se ha anunciado la presentación de una denuncia penal y una demanda civil por el beneficio económico indebido obtenido a través de estas prácticas fraudulentas. Además, se está a la espera de un informe de la Oficina Nacional del Servicio Civil (ONSC) para determinar la posible destitución del funcionario.

La situación de López nos recuerda a otro caso tan reciente como reprochable. Nos referimos a lo ocurrido con el gremio educativo Fenapes, donde varios docentes, con la anuencia del gobierno frentista, justificaron cientos de horas de inasistencias por "actividades sindicales" basándose en una norma inexistente.

La presencia de estos casos revela la necesidad de una supervisión rigurosa y continua para evitar abusos. La decisión del Directorio del INAU, como la de la ANEP en el caso de los certificados docentes truchos, envía un mensaje claro: ¡la corrupción no será tolerada bajo ninguna circunstancia!


"El pasado de una ilusión"

El título de esta columna es el de un formidable libro de François Furet, el gran historiador de la Revolución Francesa, que rastreó la historia de la idea comunista. Él mismo comunista en su juventud, ahondó en el fenómeno de la utopía política que, en el caso marxista-leninista, terminó en una tragedia sin par. Tan sin par como que costó 20 millones de muertos en Rusia (incluso dos millones de agricultores ucranianos condenados al hambre), 65 millones en China, un millón en Vietnam y se estima que cien mil en América Latina.

La idea comunista, dice Fouret, "es cualquier cosa menos un error de juicio, que se puede, con la ayuda de la experiencia, reparar, medir, corregir; es más bien un emprendimiento psicológico comparable al de una fe religiosa". Si bien Marx es el que construye la idea de la sociedad sin clases, no es él quien lidera ese devastador fenómeno histórico. Marx murió en 1887. Lenin, Trotsky, Stalin transformaron esa visión teórica en un totalitarismo absoluto que duró 70 años y que en Rusia nada dejó, salvo lo que hoy se adolece: una dictadura basada en un capitalismo de Estado, rodeada de obscenos millonarios asociados al poder, mientras resucita el más viejo nacionalismo, con la Iglesia Ortodoxa recuperada para el régimen y el sueño imperial que conduce a la agresión cruel de sus vecinos. Hemos vuelto al zarismo en su peor expresión.

El hecho es que esa idea teórica, forjada por un economista alemán que vivía en Inglaterra, fue transformada en ideología-religión en Rusia y de ahí llegó al mundo. Europa del Este cayó bajo su égida y China fue su gran conquista. Pero todo eso ya es trágica historia. Como también en América Latina, donde la Revolución Cubana de 1959 encendió la llama renovada de esa ilusión con un romanticismo inicial que se transformó en un capítulo sangriento de la guerra fría. Que así lo fue entre los EE.UU. y la Rusia Soviética, no entre nosotros, en que la pulsión revolucionaria costó un pesado tributo de violencia y sangre.

El triunfo de Fidel y sus barbudos fue saludado como una llamada de libertad. Estuve en Cuba, como periodista, en aquel esperanzado 1959 en que si bien intuimos la posibilidad de otro caudillismo latinoamericano, no advertimos el ingrediente ideológico. Este se reveló en 1962, de modo rotundo, cuando Fidel proclamó su conversión y su traición a las ideas de quienes luchaban por una América Latina más justa, dentro de la democracia. En aquel momento fue claro: "Nuestras ideas se tenían que ocultar, porque de otra manera nos hubiéramos enajenado el apoyo de la burguesía y de otras fuerzas que sabíamos que después tendríamos que ir contra ellas". "No hay término medio entre socialismo y capitalismo. Los que tratan de colocarse en una tercera posición adoptan una postura falsa. Esa es una complicidad con el imperialismo". "La única teoría revolucionaria es el marxismo". "Soy marxista-leninista y lo seré hasta los últimos días de mi vida".

Allí comenzamos a vivir, en toda América, la dramática dialéctica de guerrillas y golpes de Estado. De un lado Cuba, apoyada por la URSS, financiaba guerrillas, mientras del otro, ejércitos alentados (o por lo menos tolerados) por Washington daban golpes de Estado para combatirlas.

En nuestro país, una radicalización política que el propio Che Guevara condenó, dado el nivel de democracia que aquí se vivía, siguió adelante con su proyecto y alfombró el camino de la dictadura. A esta nada la excusa, porque cuando las Fuerzas Armadas dieron el golpe ya la guerrilla estaba derrotada. Sucumbieron a la embriaguez de la victoria, arrebatando arbitrariamente el poder. Pese a algunas teorías históricas totalmente reñidas con la realidad, es incuestionable que la irrupción militar fue consecuencia de una guerrilla que generó un impensable protagonismo castrense. No fue la única causa, por cierto, pero sin ella no había golpe por más vueltas que le den a la secuencia histórica.

Toda esta reflexión nos la provoca la desolación de las noticias de Cuba de estos días. Hace treinta años que su estancamiento se ha hecho visible, que escasean alimentos y energía, que la producción no levanta, que ya ni el turismo es lo que era por las carencias generalizadas de un país en profunda decadencia. Es el fracaso estructural del totalitarismo político y la economía colectivista, de la falta de iniciativa individual, del desaliento de quienes podrían producir. El mismo fracaso del mundo entero, desde Checoslovaquia hasta Yugoslavia, desde Rusia hasta China, donde la hegemonía del partido logró sobrevivir al afiliarse a la economía de mercado,

Ese fracaso, ahora, llega ya al fondo. Cuba pide al Programa Mundial de Alimentos leche en polvo para los niños a los que no les puede suministrar ni los mínimos cupos de su cartilla oficial de racionamiento. Oficialmente, se traga su orgullo y reconoce su debacle económica y social. También está pidiendo arroz, trigo, maíz, que le está enviando Brasil. Por supuesto, todo se puede comprar en el mundo entero. No hay "bloqueo" norteamericano en ninguna parte. Uruguay puede venderle leche. El problema es que no hay dinero para pagarla.

A eso hemos llegado luego de 65 años de revolución.

Se perdieron libertades, vidas, oportunidades, en nombre de una ilusión. Una falsa ilusión. Sostenida dogmáticamente, con agravios para todos quienes pensábamos distinto.

El socialismo científico de Marx terminó en una religión oscurantista y empobrecedora. Sin embargo, pese a las realidades, todavía hay devotos de ese credo, de ese esperpento trágico. Sigue mostrándose a Cuba como un modelo de algo, en nombre de un antiyanquismo trasnochado y una ignorancia descomunal de los hechos.

Lo que debería ser solo materia de historia, como testimonio de nuestros errores, flota todavía, hasta subliminalmente, en el imaginario de un proclamado progresismo cada día más antihistórico.


Contrastes: Expoactiva y agro negocio, Facultad de Ciencias Sociales y marxismo

Por Tomás Laguna

La Asociación Rural de Soriano ha vuelto a poner en escena una muestra activa de lo mejor del agro negocio en nuestro país, expresión en movimiento de las fortalezas de la producción agropecuaria, razón de viabilidad de un país agro exportador. En simultáneo la Facultad de Ciencias Sociales ha replanteado la vigencia del análisis marxista a partir del cual se cuestiona, desde una concepción de clase, el desarrollo agropecuario.

Agro negocio es un término que en nuestro país fue acuñado hace unos treinta años por un entrañable amigo, quien fuera un académico de la agronomía como ciencia de la producción agropecuaria. Fue Daniel Conforte desde su cátedra en la ORT, luego como profesor en la Universidad de Massey en Nueva Zelanda, quien sostenía: "Agronegocios es entender los factores y las circunstancias que afectan a cualquier negocio dentro del sistema agrícola-ganadero y alimentario. Utiliza el cuerpo teórico de la economía, estadística, contabilidad, finanzas, organización, estrategia, mercadeo, riesgo, comportamiento humano, economía institucional, para desarrollar habilidades de análisis y manejo de situaciones y problemas en los negocios del agro y la alimentación" (ref: Lautaro Pérez Rocha, El País Agropecuario, 25/02/2015).

Desde entonces el agro negocio tuvo en nuestro país un monumental desarrollo, una expansión en sus dimensiones que el mismo Daniel Conforte no habría imaginado. Así fue que se incorporaron disciplinas conexas tanto en lo económico, como en lo ambiental y social. En definitiva, se trata de los distintos problemas de gestión de unidades organizacionales, no importa su tamaño o índole productiva. Por supuesto que en el necesario e imprescindible ámbito de la economía de mercado. Así es que través de la Expo Activa se rinde tributo a la iniciativa y destrezas empresariales de nuestros productores rurales.

Pocos días antes a la inauguración de la Expo Activa, el Departamento de Sociología de la Facultad de Ciencias Sociales de la UDELAR organizó un foro de "Análisis marxistas del agro en Uruguay". Los temas abordados fueron, por su orden: "Desarrollo del capitalismo en el agro", "Explotación, asalariados/as y sindicalismo agrario", "Subsunción indirecta y explotación patriarcal en la ganadería", y finalmente el tema de la "Renta agraria en Uruguay".

El Ing. Agr. Matías Carámbula, primer expositor, hizo referencia a la existencia de una suerte de "diáspora de académicos marxistas", reconociendo que la velocidad, voracidad y el desarrollo capitalista han sobrepasado la necesaria adecuación del marxismo a la historia y su contexto. Agregaba que el desarrollo capitalista cooptó y adaptó categorías marxistas como la agro ecología, la ecología, el feminismo, reconociendo la falta de integralidad en el análisis marxista. Al respecto hacia énfasis en la necesidad de poner en el contexto de la realidad actual los conceptos de Marx.

En su turno, la Dra. Paola Mascheroni exponía sobre la explotación como aspecto central del capitalismo, esto implica que una minoría compra el trabajo de una mayoría, apropiándose de lo que ese trabajo genera. Relaciones de clase con intereses antagónicos, uno gana el otro pierde. En particular mencionaba a la producción campesina como parte de ese proceso de explotación, dónde la temprana "solarización" de la producción en Uruguay determinó la prematura apropiación de la producción por parte del estanciero, quien así se hacía de la plusvalía en el agro. En ese escenario los asalariados rurales pasaron a ser un grupo social precarizado, vulnerado en sus condiciones de vida, pobreza, informalidad.

Por su parte la Dra. Paula Florit refería a la expoliación del campesinado sin que este pierda la propiedad de los medios de producción. Desde la teoría marxista lo definía como subsunción, esto es aquellos modos de producción no capitalista en un entorno capitalista, donde el productor vende lo que produce y se abastece. El producto del trabajo se transforma en mercancía desde que sale al mercado. Para ello tomaba el ejemplo del pequeño criador, que vive en el predio y debe vender sus terneros en el libre mercado. En ese particular proceso de dominación la expositora demonizaba la intermediación ganadera.

Fue original su referencia al "feminismo marxista", reivindicando el trabajo "reproductivo" de las mujeres. Estas participan doblemente en la generación de valor, no solo por su trabajo directo en el predio, sino alimentando, vistiendo y generando las condiciones de vida para el varón. En este contexto la riqueza esta masculinizada por el dominio absoluto del hombre en las decisiones productivas y comerciales.

Finalmente el Ing. Agr. Gabriel Oyhantçabal concentró su exposición sobre la renta de la tierra y su apropiación por parte del terrateniente, a quien definió como parte ociosa que absorbe los esfuerzos productivos. Esa plusvalía ha fluctuado a lo largo del tiempo según la bonanza de precios internacionales de los "commodities". A inicios del siglo XX los terratenientes capturaban el 20% del PBI, en los tiempos actuales apenas llegan al 5% del PBI, habiendo perdido poder como sectores dominantes. En ese proceso la política cambiaria ha sido un instrumento de redistribución, habiendo ocurrido en todos los gobiernos, incluso en dictadura (estos últimos conceptos sin duda los más interesantes de toda la jornada marxista).

Contrastes. La Expoactiva con lo mejor del agro negocio derramando riqueza hacia el resto de la economía, la Facultad de Ciencias Sociales cuestionando los esquemas capitalistas de la producción agropecuaria desde la perspectiva de la explotación del hombre, ahora con el agregado de la dominación patriarcal incluso entre las clases explotadas. Lo primero un tributo al negocio pilar de una economía que hoy es vista con creciente respeto en el mundo, lo segundo quienes aún están a la espera de aquel Hombre Nuevo que vendrá a redimir al hombre de la explotación por el hombre. Una suerte de mesías al que aún esperan países con años de socialismo, mientras sufren dictaduras atroces y economías que no son capaces de atender necesidades básicas de su población.


Coraje en el Quebracho. Testimonios de los valientes.

Por Leonardo Vinci

Este 31 de marzo, recordaremos la gesta inmortal de los jóvenes revolucionarios- entre los que se encontraba José Batlle y Ordóñez- al cumplirse un año más de la batalla contra la tiranía de Santos en Palmares de Soto del Quebracho.

Así lo contaba uno de los protagonistas:

Llega la noche, oscura, fría, con truenos apagados, lejanos, y una lluvia incesante que azota nuestros cuerpos desnudos.

Muchos que durante el día han marchado con paso seguro, haciendo esfuerzos heroicos, se doblegan, se abandonan en la oscuridad.

Los labios, caídos, secos, agrietados, no tienen fuerza para moverse, ni aire los pulmones para hacer vibrar las cuerdas vocales, por lo que es bien inútil la orden que prohíbe hablar.

Si algunos labios se mueven, lo hacen para dar paso a un gemido sordo, o para articular una blasfemia. He oído varias veces esta frase pronunciada por diversos soldados: ¡Ah Santos, si pagarás todo esto!

Y en tanto, el ejército, semejante a un escuadrón fantástico arrastrando en la noche sus harapos y sus odios; llorando en silencio porque las piernas se doblegan y el cuerpo se encorva mientras la cívica virilidad sostiene el cerebro, marcha perseguido de cerca por un enemigo relativamente formidable, estando impotentes por lo tanto para hacer alto, dar vuelta la cara y disputar la victoria.

Disparos de fusil, lejanos todavía, resuenan en nuestra retaguardia.

Las detonaciones se repetían sin cesar, el humo subía nublando el horizonte, el combate con todo su horror estaba ante nosotros

Las balas silbaban de un modo espantoso, se oía el continuo y monótono pororó de la fusilería, interrumpido en intervalos regulares por las roncas detonaciones del cañón cuyos proyectiles pasaban sobre nuestras cabezas e iban a dar sobre una loma inmediata, levantando una nube de guijarros y de polvo.

Se escuchaba rugir el cañón como yaguareté que se siente ansioso de ultimar la presa.

Un denso humo negro se extendía sobre el llano y ascendía lentamente en pardas espirales hacia el cielo gris, donde también bullía la tormenta, pronta a estallar. Allá en el ocaso oscuro, el sol muriente dibujaba una línea roja, semejante a un relámpago inmóvil, durmiendo sobre las nubes negruzcas. La metralla enemiga tronó furiosa; una terrible descarga de fusilería resonó en el llano; la mitad de aquellos valientes cayeron.

El último heroísmo, ideado por los patricios, ejecutado por la juventud, dirigido por los caudillos y animado por los bardos, debía imponerse, debía triunfar.

Sin embargo, con sus jóvenes 17 años, Javier de Viana supo que la revolución había muerto.

La patria volvía a vestir de luto.

(Fragmentos de "Crónicas de la Revolución del Quebracho").


Las universidades norteamericanas: ¿la nueva cloaca moral de occidente?

Por Jonás Bergstein

A esta altura los hechos resultan más que conocidos. Pasados los primeros días de la guerra desatada por Hamás contra Israel, los campus de varias universidades norteamericanas de primera línea se vieron sacudidos por una ola de protestas contra Israel y contra los judíos. Los carteles y las consignas -hasta entonces episódicas- llamando a la destrucción de Israel -"from the river to the sea"- y denigrando a sus habitantes y a los judíos en general, pasaron a ser moneda corriente en varias de esas casas de estudios. De hecho continúan siéndolo al día de hoy, a pesar de la bataola que desde entonces el tema ha generado dentro y fuera de esas universidades.

El asunto dio lugar a una investigación en el seno del Congreso estadounidense, en cuyo marco fueron convocadas a dar su testimonio las Rectoras de Harvard, MIT y Pensilvania, tres de las universidades más encumbradas a nivel mundial. Las Rectoras fueron interrogadas una y otra vez, a saber: si la convocatoria al genocidio de judíos en el seno de la universidad violaba o no los códigos de conducta de esas universidades. Una y otra vez, la respuesta fue invariablemente la misma: "depende del contexto". Aunque las respuestas debieron de haber sido por demás elementales -bastaba con apelar al sentido común-, las tres Rectoras, cuidadosa y previamente asesoradas (y aleccionadas) por calificados abogados, no lograron apartarse ni un milímetro del libreto que aquellos les habían prescripto.

Las críticas llovieron de todos lados: ¿cómo era posible que las Rectoras de universidades tan reconocidas, no pudieran discernir los límites entre libertad de expresión e incitación al odio? ¿cómo era posible que las Rectoras no hubieran ejercido todo el peso de su autoridad para prevenir que desde sus respectivas universidades se convocara a expulsar a los judíos de Israel, sin que ello aparejara sanción alguna? En fin, ¿cómo era posible que el antisemitismo hubiera llegado tan lejos en esos verdaderos santuarios del saber, sin que las Sras. Rectoras se dieran por aludidas? El tema no terminó ahí. La Rectora de Pensilvania (Liz Magill) renunció a los pocos días. La de Harvard (Claudine Gay) lo hizo semanas más tarde, en los primeros días de Enero, en el medio de acusaciones por presunto plagio. Y la de MIT (Sally Kornbluth), aún sigue ahí, en la cuerda floja. Donantes importantes al erario de esas universidades, anunciaron la suspensión de sus contribuciones filantrópicas. El verdadero impacto de todo ese aquelarre sobre el futuro de esas universidades aún está por verse, y eso es también parte del objeto de esta reseña. Baste señalar que el Rectorado de esas Universidades, otrora uno de los máximos honores a los cuales cualquier académico podía aspirar, hoy es un hierro caliente que nadie quiere tomar (De momento Harvard tiene un Rector interino, Alex Garber; su antecesora renunciante duró solamente cuatro meses en el cargo).

Los hechos hasta aquí narrados dieron la vuelta al mundo. También lo sorprendieron. Sin embargo, en modo alguno pueden verse como hechos aislados: bien por el contrario, ellos no fueron más que la punta de un iceberg, la expresión de una serie de tendencias que venían echando raíces y reconfigurando el establishment de las Ivy League desde hace por lo menos dos o tres décadas, y que hoy han cambiado por completo el paisaje y el clima que se respira en esos claustros.

Cuando quien esto escribe tuvo el privilegio de estudiar en Harvard hace más de 35 años (merced a una beca de la OEA para la cual fuera postulado por el entonces Presidente de la República, Dr. Julio María Sanguinetti - mi gratitud es y será eterna), el conflicto entre Israel y los países árabes no estaba en la agenda pública de nadie en esa universidad. De hecho, siendo judío uno corría con viento a favor: en la Escuela de Leyes, en aquel tiempo se calculaba que entre un 40 y un 50% de los profesores eran judíos. En la propia Facultad de Derecho, durante las festividades judías -marcadas en el calendario oficial de la Universidad-, cada cual podía optar por el servicio religioso de su preferencia. Recuerdo que en aquel año figuras de la talla de Shimon Peres o Teddy Kollek (por entonces Alcalde de Jersualem), habían disertado en los estrados de Harvard (También lo habían hecho figuras más controvertidas, como Calero, el líder de los contras en Nicaragua). Hoy dudo que todo eso sea posible: el totalitarismo progresista que hoy caracteriza varios centros de estudio, hoy lo impediría.

¿Qué pasó en ese ínterin? ¿Cómo pudieron los vientos haber cambiado tanto?

Como suele suceder con todo fenómeno humano de cierta complejidad, la causa rara vez resulta ser única y completamente clara; en general los orígenes del fenómeno deben rastrearse al juego de factores múltiples (Y no dejan de ser materia de discusión).

Ante todo, la politización de la universidad, la identificación partidaria de docentes y alumnos por igual. En mi época, poco sabíamos del color político de los docentes; aquello tampoco importaba demasiado. Y allí donde lo sabíamos, a nadie le cambiaba el metabolismo, y en nada afectaba la relación entre profesores y estudiantes.

Hoy todo eso ha cambiado (y para mal): la laicidad de la enseñanza dejó de ser un axioma, una disciplina practicada día tras día, para transformarse en un concepto puramente abstracto, casi teórico. Todo pareciera indicar que profesores y estudiantes tienen poco empacho a la hora de dejar traslucir en clase sus concepciones políticas: por momentos hasta pareciera algo natural. De muestra un botón, de tan sólo un par de días atrás: el pasado 13 de Marzo, la edición digital del Harvard Gazette, periódico oficial de la Universidad sobre temas de actualidad, publicó -bajo la firma de uno de sus redactores (Harvard Staff Writer)- un artículo que lleva un título bastante sugestivo: "Larger lesson about tariffs in a move that helped Trump, but not the country" (En una traducción libre diría: "Una amplia lección sobre tarifas de importación, al cabo de una iniciativa que ayudó a Trump, pero no al país"). No importa si el enfoque del artículo es acertado o no: lo que importa es que desde la propia Universidad se está tomando partido en un tema que divide a los Estados Unidos, para adoptar una visión claramente identificada con un partido político y con un candidato presidencial. Lo que importa es que eso es algo que no se debe hacer; lisa y llanamente porque está mal, porque atenta contra la razón de ser de toda universidad, que es la búsqueda de la verdad -veritas- cualquiera sea su color o su autoría. He aquí lo más dramático de todo esto: el deterioro ético que padecen esas grandes universidades, incapaces de distinguir entre el bien y el mal. Eso es grave.

Esas vertientes han desembocado en la marginación de los docentes perfil conservador. Según un estudio llevado por la UCLA (recogido por The Economist), en 1990 el porcentaje de profesores universitarios identificados con "la izquierda", representaba un 40% de aquellos; en el 2017, eran un 60%. Más aun en las universidades de elite: según el periódico harvardiano The Crimson, un 75% de los docentes se identifican hoy día como liberales, mientras que sólo un 3% se auto-califican conservadores. Las consecuencias son las de siempre: una y otra vez escuchamos una sola campana y escuchamos únicamente las opiniones con las cuales comulgamos; cuando alguien sostiene lo contrario, aquello nos parece una herejía.

De la mano de la politización y el corrimiento de los docentes universitarios a lo que habitualmente se llama la izquierda -nosotros entendemos que es la derecha, pero ésa es otra historia-, en los campus norteamericanos se ha instalado un movimiento inexistente en el pasado: la demonización de Israel. He aquí otro fenómeno no menos complejo pero no por ello menos real: en líneas generales -porque toda regla tiene excepciones y poner a todos en una misma bolsa podría resultar por demás injusto-, a partir de cierto momento (difícil precisar cómo, cuándo y dónde) la izquierda occidental se volvió esencialmente anti-israelí, y, posteriormente, lisa y llanamente antisemita. Esta puede parecer una afirmación por demás simplista o radical, acaso excesiva: no toda la izquierda occidental es antisemita ni la izquierda (whatever that means) es exactamente la misma en todas partes. (De hecho tengo amigos de izquierda y me costaría mucho creer que todos ellos son antisemitas). Pero ciertamente el antisemitismo es la tónica dominante de la moderna izquierda occidental, la doctrina oficial no escrita explícitamente (pero aceptada por todos): es muy (muy) raro que una voz de izquierda salga públicamente a defender la causa de Israel. No porque no lo deseen, sino más bien porque pocos se atreven a hacerlo: saben que si lo hacen de inmediato serían escrachados, vilipendiados y exiliados. Y si tienen alguna duda, pregunten a nuestros compatriotas, los judíos uruguayos de izquierda: tienen que hacer malabarismos para congeniar ambas calidades, su condición judía y la izquierda con la cual se identifican. Ciertamente no los envidio.

Ahí se suma otro fenómeno, sobre el cual en tiempos recientes insistiera Alan Dershowitz, el gran penalista norteamericano: el poder de la burocracia y la proliferación de las cátedras de "inclusión y diversidad", las cátedras de derechos humanos, las cátedras de género, de promoción de las comunidades LGBT y afines. Como sucede con tantas otras cosas -en Uruguay nos anticipamos en el tiempo: lo aprendimos desde hace años con el tema de los desaparecidos-, el hecho concreto es que causas muy nobles, con el tiempo se politizan, y, por lo mismo, se desvirtúan. Es decir: la causa en sí misma es muy noble; pero en los hechos termina siendo acaparada y monopolizada por un determinado sector político -en éste caso: la izquierda-, que hace del tema un instrumento de su campaña política (de su propiedad exclusiva y excluyente), para denostar a quienes profesan otros credos. He aquí un ingrediente adicional en todo este puzzle: esas cátedras y esas burocracias -que reciben abundantes fondos del mundo árabe-, son esencialmente anti-israelíes y antisemitas (si alguna diferencia cupiera). Ellas se han convertido en uno de los motores más potentes del antisemitismo actual, dentro y fuera de los campus universitarios en los Estados Unidos. Son una fábrica de propaganda antijudía; precisamente porque son funcionarios full-time al servicio de la causa anti-israelí. Con un agravante: sus docentes -según Dershowitz: académicos de tercera- no se integran en los cuadros docentes estables de las universidades, sino que tienen su agenda propia y usualmente circulan de una universidad a otra, amparados en el beneficio de tal o cual beca (muchas veces financiada por el mundo árabe).

Con esto ingresamos en el factor económico del asunto, rara vez ausente cuando de fenómenos sociales se trata: se cree que las fuentes de financiación de algunas universidades de vanguardia, también tiene algo que ver con todo esto. Hay al menos ocho universidades de gran prestigio que reciben fondos millonarios de países como Qatar. Se presume que estas donaciones buscan promover los intereses de los países donantes, para incidir en el posicionamiento de esas universidades ante el conflicto entre Israel y algunos de sus vecinos. De hecho, todo pareciera sugerir que algunas de esas universidades han aceptado fondos de gobiernos extranjeros para crear "centros académicos" expresamente diseñados para la difusión de propaganda. No menos llamativo: tiempo atrás, el Departamento de Educación de EEUU había abierto una investigación a seis universidades de ese país por omitir cumplir su obligación de reportar públicamente la financiación extranjera recibida (Estamos hablando de cientos -si no miles- de millones de dólares). Comentario al margen: en Uruguay eso sería inviable: porque ningún banco aceptaría acreditar en una cuenta de plaza siquiera un dólar procedente de esos países.

Por fin, eso tan peligroso que es la moda, lo políticamente correcto. Hoy día es "cool" levantar la voz contra Israel. Al hacerlo, pocas críticas se van a alzar, sino todo lo contrario: las redes sociales -esas grandes cajas de resonancia del resentimiento social- con seguridad van a estallar, exultantes a la hora de hacer sentir su adhesión invariable a cuanta causa nefasta haya en la vuelta. Como dijera Umberto Eco, el micrófono de los idiotas. Nadie se va alarmar demasiado: a fin de cuentas, es el padrón dominante, lo políticamente correcto. Hoy hace falta tener coraje para defender a Israel y a los judíos. Y si alguna duda cabe, pregúntenle a Pilar Rahola, que ha hecho de la defensa de Israel una verdadera cruzada.

Esto último resulta sobremanera preocupante. Porque lo políticamente correcto nos habla de una tendencia totalitaria: la tendencia a imponer una verdad revelada y absoluta, a proscribir el disenso, a excluir toda forma de análisis y discusión en serio. Eso se traduce en la no promoción de quienes piensan distinto, en la confección de listas negras de académicos en función de su origen o credo político, en la proscripción de ciertos nombres de los claustros universitarios (ya sea a través de piquetes que impiden sus disertaciones, ya sea a través del retiro humillante de invitaciones a exponer previamente formuladas). En definitiva, la antítesis de lo que debe ser la universidad, entendida ésta -como escribiera Norberto Bobbio- como aquel espacio que encarna el espíritu crítico que no se conforma con doctrinas preconstituidas, como el espacio sembrador de dudas, el hereje por vocación, el irreductible alimentador del disenso.

Lo expuesto hasta aquí resulta por demás peligroso, por no decir alarmante. A los hechos nos remitimos, dentro y fuera de los campus estadounidenses.

La analogía con la universidad de la Alemania nazi, resulta inevitable. (Dicho sea de paso: nada de malo hay en la analogía con la Alemania nazi, cuando de extraer lecciones se trata y cuando no se abusa de ella para legitimar fines o causas espurias). Porque las universidades alemanas fueron uno de los grandes cómplices del Tercer Reich. A los pocos meses del ascenso del nazismo al poder, las universidades alemanas habían purgado a sus docentes judíos, así como también aquellos que profesaban credos políticos liberales u opositores. Hoy sabemos -con un nivel de certeza bastante razonable- que los docentes universitarios alemanes jugaron un rol más que importante en el ascenso del nazismo al poder: fueron uno de sus pilares. Habiendo asistido al deterioro de su status social y económico en el período de la entre-guerra, esos intelectuales fueron de los primeros a la hora de avalar con su prestigio todo lo que el nazismo conllevaba. En su discurso ante el Parlamento alemán en 1998, el historiador Yehuda Bauer dijo: "el rápido crecimiento de la identificación de los intelectuales con el régimen, hizo posible presentar fácilmente el genocidio como un paso inevitable para lograr un futuro utópico. Cuando Herr Doktor y Herr Professor se convirtieron en colaboradores del genocidio, cuando -conducidos por la figura semi-mitológica del dictador- el consenso evolucionó, resultó fácil convencer a las masas de la necesidad de los asesinatos y de la necesidad de reclutarlas para llevarlas a cabo". Bauer remató su alocución con una pregunta premonitoria: "¿no será que en nuestras universidades aún continuamos produciendo bárbaros técnicamente competentes?"

Desafortunadamente la cosa va mucho más allá de los judíos. Porque en la universidad yace aquello que no se puede destruir, las ideas que van marcando la opinión dominante en una sociedad. Es el pegamento del tejido social. Los uruguayos algo sabemos de esto: el día en que la política permeó los estamentos universitarios, fue suficiente un gusano para pudrir todo el árbol, como escribiera magistralmente Lincoln Maiztegui. A juicio de quien esto escribe, hay una correlación bastante directa entre la calidad democrática de un país y la calidad de su debate universitario. Y es natural que así sea: porque la universidad es uno de los bastiones de la democracia, un baluarte en la preservación del pensamiento libre, en la defensa de la razón sobre las pasiones.

El día en que la universidad ceda ante los ataques totalitarios -del signo que sean-, la democracia estará en peligro y, con ella, el derecho, la justicia y la paz, sin la cual, como dijera Couture, no hay derecho ni justicia ni nada.


Construcción del Antel Arena: una historia que debe terminar

Por Jorge Ciasullo

"Los Entes Autónomos y los Servicios Descentralizados no podrán realizar negocios extraños al giro que preceptivamente les asignen las leyes, ni disponer de sus recursos para fines ajenos a sus actividades normales" (Constitución de la República, Artículo 190).

El presidente de la República Dr. Lacalle declaró a El País (20-3) que "pretende que se agoten todas las instancias y pedirá el reexamen de la denuncia".

Así, transmitió su voluntad a la presidenta de Antel, Annabela Suburú.

Creemos que toda la ciudadanía compartirá esta decisión, no consideramos sano ni aconsejable continuar con rumores, insinuaciones y hasta acusaciones, tanto en los medios como en las redes, de una situación que abarca nada menos que al uso (¿abusivo?) de los fondos públicos.

Consideramos también que, la primera interesada, debería ser la ingeniera Carolina Cosse.

Pero, por el contrario, la ingeniera se embarca en proclamar que se trata de acusaciones sin fundamento y de una operación política para destruir su imagen con candidata del Frente Amplio a la presidencia de la República.

La investigación debería ser exhaustiva y así lo deberían exigir todos los involucrados, sin que ello signifique acusación alguna.

Debe explicarse minuciosamente la memoria constructiva y descriptiva del proyecto, basado en lo anterior, cronograma de obras y jornales, que no dejen ninguna duda, de cómo se pasó de un costo proyectado en 40 millones de dólares a un costo final de 118 millones de dólares.

Por supuesto que no olvidamos el claro desvío constitucional de "disponer de sus recursos para fines ajenos a sus actividades normales".

Uno de los que se mostró más crítico con las conclusiones del fiscal Machado fue el precandidato blanco Jorge Gandini, quien el 22 de febrero manifestó: "El archivo no cambia los hechos, los hechos son claros. De US$ 40 millones se pasó a US$ 118 millones, muy buena parte por compras directas con observaciones del Tribunal de Cuentas, con irregularidades de todo tipo y naturaleza que se apartan claramente de la normativa y que fueron hechas con absoluta arbitrariedad". Y agregó: "Para mí es una gran decepción porque el mensaje es que se puede hacer lo que se quiere y no pasa nada, y eso está mal, pero respeto lo que dice la Fiscalía". Coincidimos.


Constitución Federal de los Estados Unidos de América

Por Daniel Torena

El 4 de marzo de 1789, entró en vigor la Carta Magna de los Estados Unidos, con aportes fundamentales de constituyentes como Madison, entre otros constitucionalistas federalistas, a diferencia de los que eran partidarios de la autonomía plena de los Estados, como Jefferson.

Fue una Constitución que dividió en tres poderes al Gobierno Federal: Ejecutivo, Legislativo, con dos Cámaras (Senadores y Representantes), y Judicial a cargo de la Suprema Corte, cuyos miembros eran propuestos por el Ejecutivo y con la venia del Congreso, tienen carácter vitalicio hasta el presente.

El Ejecutivo está a cargo del Presidente, acompañado de secretarios. Los primeros fueron el de Estado y de Defensa o Guerra.

El Presidente es elegido por un Colegio Electoral y combinado por sufragio universal. Es el Jefe de Estado y de Gobierno y Comandante en Jefe de las Fuerzas Armadas. Esta Constitución fue y es la más antigua del mundo, junto con la de San Marino, siendo la primera Federal, republicana y democrática.

Fue fundamental en el ideario Artiguista. Su influencia como la "Constitución Federal de las Provincias o Estados del Río de la Plata", de 1813, redactada por el ilustre Doctor Felipe Cardozo por orden del Gobierno Económico Municipal de la Provincia Oriental, con sede en Villa Guadalupe, en el actual edificio que hoy es la Jefatura de Policía de Canelones, Gobierno del cual el General José Artigas fue "sin igual Presidente y Gobernador Militar de la Provincia Oriental".

Finalmente, también tuvo una enorme influencia en la Constitución Federal de la República Argentina, de 1853, del constitucionalismo liberal del Doctor Juan Bautista Alberdi.


Chile, a medio camino

Restando aún dos años para culminar su mandato, Gabriel Boric se encuentra exactamente a mitad de camino. Al respecto, compartimos a continuación una crónica de los académicos Diego Cagliolo y Aldo Cassinelli Capurro para el portal Infobae que analizan la realidad política chilena.

El pasado 11 de marzo, el gobierno del presidente Gabriel Boric cumplió 2 años desde que inició su mandato. Restando aún 2 años más para que lo culmine, se encuentra exactamente a mitad de camino, no solo temporalmente. Qué es lo que ha sucedido en este periodo y que se vislumbra para lo que resta de su gobierno es una pregunta que se plantean los chilenos y gran parte de la comunidad internacional.

Boric asumió con una de las más amplias mayorías desde el retorno de la democracia, considerando que en 2021 el voto aún era voluntario. Lo hizo liderando una alianza de extrema izquierda compuesta por el partido comunista y partidos de la denomina izquierda progresista.

El modelo de coalición de gobierno ha sido una práctica habitual en Chile en los últimos 30 años. Pero este en particular ha sido distinto ya que se trata de una coalición de coaliciones. Una combinación mediante círculos concéntricos donde en el primer círculo, el más cercano al primer mandatario, agrupa lo que se conoce como el Frente Amplio en alianza con el Partido Comunista y partidos progresistas surgidos básicamente al alero de las universidades y la calle. Por otro lado, lo que se denomina socialismo democrático, parte de la vieja Concertación que lideró el país durante 30 años y que hoy, a pesar de las críticas que una parte de la izquierda le hace, se unen para gobernar.

A dos años de ese triunfo, que había generado amplias expectativas sobre la base de impulsar profundas transformaciones estructurales en temas referidos a la educación, la salud, previsión social y relaciones del trabajo enmarcados en una reforma de los cimientos de la institucionalidad política, son escasos los logros que el gobierno puede exhibir, evidenciando una alarmante debilidad política y falta de liderazgo.

La derrota del gobierno tiene su origen prácticamente desde sus inicios. Inexperto, débil y sin músculo para la toma efectiva de decisiones no tuvo la capacidad de convertir las promesas en acciones de gobierno y apostó su suerte al resultado del proceso de la Convención Constituyente, envalentonado en aquel discurso que lo llevó a La Moneda. Sin embargo, a menos de seis meses de asumido, el resultado del plebiscito constitucional que era considerado un mandato ciudadano, su hoja de ruta y su programa de gobierno fue rechazado categóricamente por un 62% de la población, esta vez con voto obligatorio. Sin dudas, una de las peores derrotas electorales incluso reafirmada posteriormente, en mayo de 2023, cuando la oposición de derecha arrasó en la elección del nuevo Consejo Constitucional, un segundo intento reformador que solo terminó por profundizar la distancia de la política con la sociedad y que derivaría, luego del plebiscito de diciembre de ese año, en el abandono definitivo del sueño constitucional. Esto marcó un punto de inflexión en el país y un golpe directo del cual le ha sido complicado reponerse.

Las expectativas fueron radicalizando las posiciones de los chilenos. Según se desprende de los resultados que entregan los estudios de opinión, el principal motivo por el cual la población rechaza al presidente es la delincuencia e inseguridad con un 37%, en segundo lugar el manejo económico y el tercero es la mala gestión en términos generales con 23 y 21% respectivamente según la encuesta Cadem.

El incremento de la delincuencia, el narcotráfico, la inmigración ilegal y el crimen organizado aparecen como problemas sin control con hechos cada vez más violentos y una reacción por parte del gobierno que demuestra profundas diferencias internas para resolver este crítico problema.

La situación no es diferente en materia económica. En 2 años prácticamente no se ha crecido, la inversión se mantiene baja y la tasa de desempleo se empina por sobre el 8,9% a nivel nacional. En lo positivo, el control de la inflación destaca por sobre todo los indicadores. Aunque incluso ello no sea exclusivamente mérito propio del gobierno sino compartido con el Banco Central y su rol autónomo que cumple su mandato de estabilizar los precios como sucede en Perú y tanto se promueve en Argentina, cuando incendiarlo deja de ser una posibilidad.

Finalmente, la administración Boric no ha sido ajena a problemas de corrupción y malos manejos asociados a personas muy allegadas al presidente, algo que ha demostrado que cuando se trata de ambición y dinero no hay diferencias partidarias ni ideológicas.

Las dificultades de estos dos años al frente del gobierno han logrado atemperar la mirada de Boric respecto de la responsabilidad que significa llevar adelante el país y generar consensos y lo ha hecho reflexionar sobre actitudes del pasado. Cuando la actual coalición gobernante se encontraba en la oposición su actuar fue extremadamente duro con el gobierno del ex presidente Sebastián Piñera. Tanto es así que en el funeral de este último, ocurrido los primeros días de febrero, el actual presidente señaló que "durante su gobierno, las querellas y recriminaciones fueron en ocasiones más allá de lo justo y razonable", lo que da cuenta de un reconocimiento de lo ocurrido y podríamos decir también de un aprendizaje de lo que significa estar al mando del gobierno.

El 2024 inicia un nuevo ciclo electoral con el enfrentamiento de las distintas fuerzas políticas en las contiendas municipales y regionales para dar paso a la elección parlamentaria y presidencial de 2025. El espacio que le queda al gobierno en este segundo tiempo se hace cada vez más estrecho en su capacidad de imponer esa agenda transformadora que tanto gritó en las calles cuando era oposición y la cual hoy parece demasiado lejos de poder ser cumplida.

En una reciente entrevista con el diario El País de España con motivo de sus dos años al frente del país, Boric declaró que "la profundidad de los cambios que nos imaginamos fue a contrapelo de lo que quería la mayoría. Cambiaron prioridades y velocidades, pero no la dirección de nuestros principios". Sin embargo, hasta ahora su gobierno no ha sido capaz de definir una nueva agenda legislativa y propuestas de política pública para implementar esos principios. El tiempo se le acaba.


Las supercherías de Judith Butler

Las declaraciones de la filósofa sobre Hamás nos recuerdan que los intelectuales también pueden dejarse engañar, analiza la socióloga y escritora francesa Eva Illouz en una nota de opinión para la revista Letras Libres que trascribimos para nuestros lectores.

En inglés, la expresión "aceite de serpiente" hace referencia a un ungüento con propiedades engañosas. Sin embargo, este aceite, utilizado en la medicina china, no estaba desprovisto de posibilidades curativas. Pero eran inferiores a los efectos milagrosos que se le atribuían. En los siglos XVIII y XIX, los comerciantes europeos empezaron a vender aceite de parafina mezclado con hierbas insignificantes bajo el nombre fraudulento de aceite de serpiente. Eran impostores por partida doble, y sus clientes resultaban engañados dos veces. Una superchería se superponía a otra, a media superchería.

Las recientes declaraciones de Judith Butler nos recuerdan que los intelectuales también pueden multiplicar las supercherías, una esconde la otra, una media verdad permite el despliegue de una vasta mentira.

Me quedé estupefacta cuando me enteré de las declaraciones que Judith Butler pronunció el 3 de marzo en una mesa redonda organizada por un colectivo de asociaciones decoloniales y antisionistas. Estupefacta, aunque no debería haberlo estado: después de todo es la misma Judith Butler que declaró en 2006 que Hamás y Hezbollah pertenecen a la "izquierda global".

Estupefacta a pesar de eso porque se trata de las declaraciones más antifeministas que he escuchado y las pronunció un icono del movimiento queer. El feminismo lleva más de un siglo luchando por hacer audible y creíble la voz de las mujeres. Han hecho falta cien años de lucha incesante y el tsunami del #metoo para que se empiece a tomar en serio la angustia que provocan el acoso sexual y las violaciones.

VERSIÓN DISNEY DEL CONFLICTO

Ante la violencia sexual sin precedentes sufrida por las mujeres israelíes a manos de los combatientes de Hamás, ante los reportajes de la prensa, los informes de juristas, de médicos, de ONG que documentan los abusos, ante las imágenes difundidas de una joven asesinada y exhibida en las calles de Gaza entre cánticos de la multitud, ¿qué dice Judith Butler el 3 de marzo? Que pide pruebas. Lo dice con el mohín que pondría un policía de hace cincuenta años a una mujer que fuera a poner una denuncia a comisaría. Imagina qué habría sucedido si un hombre hubiera exigido ver pruebas de las atrocidades cometidas contra las mujeres, y eso sin tener en cuenta la vertiginosa cantidad de hechos que establecen la verdad desde hace varios meses.

Judith Butler ha hecho carrera cuestionando las nociones de objetividad, de esencia y de realidad, todas ellas presentadas como puras construcciones sociales. Ahora exige una megaobjetividad y megapruebas. Y, como tiene un corazón sensible, si se aportaran esas pruebas, "deploraría" las violaciones, según dijo el 3 de marzo.

La indecencia con la que Judith Butler ha tratado la memoria de las mujeres torturadas y violadas, asesinadas a tiros o acuchilladas la descalifica para que las feministas la cuenten entre las suyas.

La segunda superchería a la que se entrega consiste en querer hacernos creer que los actos bárbaros del 7 de octubre son fruto de lo que ella denomina públicamente con el romántico nombre de "resistencia". Judith Butler parece haber aprendido una cosa o dos de Donald Trump. Como él, destaca en la invocación de los hechos alternativos porque, según ella, el 7 de octubre no es ni terrorista ni antisemitista. Una interpretación caritativa de esas declaraciones sería que, como el expresidente estadounidense, solo ha visto la versión Disney del conflicto palestino-israelí, sin molestarse en leer las dos cartas de Hamás (la de 1998 y la de 2017) o de escuchar las numerosas declaraciones genocidas de los miembros de esta organización.

Semejante ignorancia habría podido ser divertida ni no pusiera en peligro a los judíos y a los israelíes por un lado, y por otro, si no desacreditara la causa palestina, que merece algo mejor que semejante disparate. Los palestinos, como los israelíes, están desgarrados por conflictos internos entre fundamentalistas y pragmáticos, entre los que consideran la tierra sagrada y los que quieren un acuerdo político, entre los que están dispuestos a combatir hasta la muerte y los que todavía no han perdido la esperanza ver a esos dos pueblos vivir uno al lado del otro. Llamar "resistentes" a los fundamentalistas sanguinarios es borrar toda distinción entre estos dos campos.

A pesar de las negaciones contenidas en su "declaración" publicada en Mediapart el 11 de marzo, clasificarlos como "resistentes" es legitimar la acción de los que han cometido un crimen contra la humanidad, con total indiferencia por el bienestar de su pueblo. Si queremos ayudar al pueblo palestino, hoy asolado por el fundamentalismo y por la guerra feroz que libra Israel, con todas nuestras fuerzas, si queremos que ese pueblo martirizado por sus dirigentes y por la ocupación israelí pueda por vivir con dignidad e independencia debemos denunciar este radicalismo bonachón, vacío e inmoral.

La tercera superchería es que pretende hacernos creer que está luchando contra el racismo. Sin embargo, su posición sobre el 7 de octubre es negacionista. Como los negacionistas de antaño, su estrategia consiste en sembrar la duda: sobre la realidad de las agresiones sufridas por las mujeres, sobre las intenciones genocidas de Hamás, sobre el significado moral de las masacres -los verdugos son exonerados y las víctimas sospechosas, incluso imaginarias. Que no nos intimide el hecho de que Judith Butler naciera judía y mujer a la hora de afirmar aquí que comete un doble negacionismo: sobre la masacre de las mujeres y sobre el hecho de que los isaelíes han sido asesinados por ser judíos.

Por último, la mayor superchería de Judith Butler es su pretensión de ser de izquierdas. La teoría de género butleriana era el aceite de serpiente inicial con el que nos ha vendido toneladas de aceite de parafina. Es hora de desmantelar el engaño. La izquierda no puede estar del lado de los que oprimen a los homosexuales, encierran a las mujeres, se alegran de la masacre de los jóvenes pacifistas que bailaban y celebraban la vida; no puede estar del lado de quien tiene por programa el genocidio de los judíos. La verdadera izquierda, la única, es la que reconoce la dimensión trágica de algunos conflictos porque rechaza privilegiar los derechos de un pueblo en detrimento de otro. La izquierda, la verdadera, prefiere las frágiles promesas de una justicia imperfecta al odio seguro de su propio derecho.


Frente a Putin, respuesta o derrota

Los líderes dan pasos para reforzar el apoyo militar a Ucrania. Los esfuerzos deben concretarse con urgencia. Sin ellos, el resultado no será la paz, sino una debacle, argumenta el periodista Andrea Rizzi en una columna publicada en El País que recomendamos leer a continuación.

Mientras en Rusia empezaba la farsa electoral diseñada para perpetuar a Vladímir Putin en el trono del Kremlin, los líderes de Alemania, Francia y Polonia celebraron una reunión en Berlín para enviar un mensaje de unidad en el apoyo a la agredida Ucrania. En la UE hay un amplio consenso político acerca de la necesidad de dar consistentes pasos para mejorar nuestra capacidad de respaldar a Kiev y de garantizar nuestra propia seguridad futura en un contexto que exhibe a un Kremlin resiliente y una Casa Blanca evanescente. El consenso abarca fuerzas socialdemócratas, populares o liberales -como los tres líderes del triángulo de Weimar reunidos en Berlín-. Sin embargo, significativas discrepancias y procesos farragosos complican el camino cuando las circunstancias reclaman acciones urgentes. Es probable que el resultado de la guerra se decida en lo que se haga en estos meses.

En cuanto al consenso de fondo, se ve en los hechos. Alemania, con un canciller socialdemócrata al mando, protagoniza un poderoso incremento del gasto militar y encabeza la ayuda militar a Ucrania desde el ámbito de la UE. Francia, con un presidente liberal, muestra determinación hasta el punto de negarse a descartar un posible envío de soldados a Ucrania en el futuro. La Comisión Europea, encabezada por la popular Ursula von der Leyen, empuja, entre otras cosas, una nueva estrategia industrial de Defensa; el alto representante de Exteriores y Seguridad, el socialdemócrata Josep Borrell, se halla entre lo más elocuentes y eficaces promotores de la idea de que es necesario esforzarse, y con urgencia, para apoyar a Kiev en su defensa y estar a la altura del reto trascendental que enfrentamos.

Este consenso radica alrededor de una idea ampliamente compartida: renunciar al esfuerzo militar no conduce a la paz, sino a la derrota. Así lo apuntó Macron en una entrevista televisada en Francia el jueves. El mandatario, autor de un lamentable giro a la derecha en materia migratoria, tiene en esto razón, expresando un concepto en el que coincide la gran mayoría del arco político europeo.

Por supuesto hay partidos menores, representantes de partidos mayores y en general un segmento apreciable de la sociedad europea que sienten una comprensible reluctancia hacia la perspectiva del rearme. Pero esos ciudadanos con legítimos recelos deberían primero considerar que corresponde a los ucranios decidir su futuro, y ellos con todo derecho no quieren ceder a la agresión con un eventual pacto que, además de conceder una amputación, no daría ninguna garantía de paz futura. Y luego deberían preguntarse si les debemos dejar tirados en su resistencia y si es desde la debilidad como se puede alcanzar la paz hoy en Ucrania y garantizarla mañana en Europa cuando al otro lado no está Gandhi, sino Putin, sujeto para el cual solo la perspectiva de perder, no el respeto de los pactos, parece ser circunstancia inhibidora.

Si, con la menguante ayuda estadounidense, los europeos no reforzamos nuestro apoyo a Kiev, lo más probable es que Moscú apueste por subyugar a Ucrania -su deseo desde siempre-, no por pararse y negociar. Y si subyuga Ucrania, ¿podemos confiar en que a partir de ahí tendremos un Kremlin pacifista? Quedarse sentados y esperarlo mientras Rusia es una economía de guerra y en EE UU puede ganar Trump es asumir un gran riesgo, como mínimo. Salvo a los accionistas de empresas armamentísticas, a casi todos los demás nos disgusta tener que gastar en armas en vez de ponerlo todo en hospitales y escuelas. Pero la situación es la que es. Ucrania sufre, su resistencia se tambalea. Y, en un sector como el de la defensa, las decisiones sobre nuevos suministros o producción tardan meses -o años- en materializarse.

Mucho apunta a que los líderes entienden el sentido de urgencia. En la reunión de Berlín, Scholz señaló que hay acuerdo en usar los intereses recaudados con los activos congelados de Rusia para ayudar a Ucrania. La Comisión ha aprobado esta semana un nuevo fondo de asistencia militar para Kiev por valor de 5.000 millones, y otro de 500 para fomentar la capacidad de producción de munición.

Pero entre anuncios y hechos hay distancia. Y el consenso estratégico no disipa disensos tácticos. Hay divergencias sobre cómo recaudar el mucho dinero necesario -por ejemplo, si recurrir a una emisión de deuda común-, sobre cómo gastarlo -cuánto en armas eficaces y disponibles en el mercado, donde sea, y cuánto en producción europea que nos garantice autonomía a medio y largo plazo-, o sobre cómo ayudar a Kiev en concreto. Macron habla duro, pero Francia ha proporcionado mucha menos ayuda a Ucrania que Alemania, incluso teniendo en cuenta el diferente tamaño de PIB, y frenó la necesaria compra de material fuera de la UE. Scholz ha hecho mucho, pero sus titubeos -diciendo a menudo que no de entrada para aceptar después- y los de otros han hecho perder tiempo precioso.

Ucrania sigue defendiéndose y logra infligir daños considerables a Rusia. Pero su situación es frágil. Muy frágil. Cada semana importa. Nada asegura que la parálisis de la ayuda de EE UU se desbloquee. Si no se produce un cambio de paso, un revulsivo, el conflicto se acercará paulatinamente más a una derrota de Kiev que a una paz justa.


Frases Célebres 983

"El Programa de la Coalición Multicolor debe tener más batllismo". Tabaré Viera, senador y precandidato presidencial del Partido Colorado. VTV Noticias, VTV (18/03/2024).

"La campaña de Orsi le habla a todos los uruguayos y tiene una mirada al interior del país, Cosse apunta más al frenteamplista".  Christian di Candia, integrante del sector Magnolia del Frente Amplio, explicó los motivos que pesaron en la agrupación para apoyar la precandidatura de Yamandú Orsi de cara a las internas . Primera Mañana, radio El Espectador (19/03/2024)

"Hay cosas que se dicen para poner un poco de límites (...) Hay cosas que se dicen que son delitos y preocupa más cuando son los dirigentes. Cuando se conoció la denuncia al precandidato Yamandú Orsi empezaron a hacer declaraciones muy dudosas. Hubo un tuiter de Esteban Valenti, que tiene influencia, donde se nos nombró, hizo más visible el tema de Orsi y desató comentarios de Fernando Pereira que no tiene idea lo que es ser presidente del Frente Amplio, yo le digo el presidente prestado, porque en realidad se piensa que está en una barricada del Pit-Cnt, le hace daño (...) yo lo conozco muy bien, me tocaba negociar con él en el Codicen; es un mediocre". Graciela Bianchi, senadora del Partido Nacional , acerca de sus dichos sobre su amenaza con denunciar ante la justicia al Frente Amplio por difamación e injurias. Punto de Encuentro, radio Universal (19/03/2024).

"Tiene razón. Pero plantearlo en términos de patria o muerte me parece que es una exageración He hablado con algún dirigente (de la ARU) más de una vez, y no lo salgo a ventilar, porque me encanta poder saber cuál es la visión de ellos. Coincidiré o no, pero a veces son más las veces que se coincide en algunos puntos que otros. O sea que yo desdramatizaría. Yo he ido a actividades donde nos invitan a todos y algunos de ellos no están. Tampoco salgo a hacer campaña de: que horrible, no estuvieron. La gente sabe entender". Yamandu Orsi, precandidato presidencial por el Frente Amplio, acerca de los dichos del precandidato blanco Álvaro Delgado sobre de que es una lástima que él, Carolina Cosse y Andrés Lima no hayan podido ir a la Expoactiva de Mercedes. Montevideo Portal (19/03/2024).

"Inadmisibles las ausencias. El Frente Amplio ha tenido una visión muy distinta del campo de la que nosotros tenemos. Es inadmisible que dirigentes importantes, que apelan a gobernar el país más agropecuario del mundo, no vengan a la Expoactiva. Capaz que es porque tenían miedo por el barro. Capaz que es porque le tenían miedo a la prensa del interior, que todos sabemos que no tienen los límites y las mordazas que a veces aparecen en Montevideo. Los organizadores de la Expoactiva no se merecen que candidatos que teóricamente aspiran a gobernar este país se ausenten". Sebastián Da Silva, senador (s) del Partido Nacional. Montevideo Portal (19/03/2024).

"Quieren reavivar el caso y ponerlo arriba de la mesa. No hubo ninguna acción ilegítima en la gestión de Irene Moreira. Algunos no están conformes con lo que se demostró". Guido Manini Ríos, senador y líder de Cabildo Abierto, defendiendo lo realizado por su esposa como exministra de Vivienda, tras los trascendidos de la investigación administrativa, 12PM, AzulFM (19/03/2024).

"Nuevamente hay una reducción en relación al mes de enero. Siempre fue un mes donde los seguros de paro aumentan, hay un tema zafral. El dato de febrero es positivo, estamos en 45.500, que se ubica en el promedio del último tiempo. Son 1.500 menos que el mes anterior y comparado con febrero del año pasado es prácticamente el mismo número. Creo que estamos en una situación de estabilidad (...) La tendencia es positiva y está alineada además con otro dato que acaba de salir a la luz pública, que es el récord de la cantidad de trabajadores afiliados al BPS". Pablo Mieres, ministro de Trabajo. Subrayado, canal 10 (14/03/2024). .

"En Conaprole hay un grupo de productores que se están beneficiando con el crecimiento de la lechería mientras que por año desaparecen cerca de 40 pequeños productores". Luis Goichea, dirigente de la Federación de Trabajadores de la Industria Láctea, refiriéndose a las medidas que están llevando a cabo en el marco del conflicto que mantienen con Conaprole por la recategorización salarial de los empleados de cuatro sectores de la empresa. Primera Mañana, radio El Espectador (20/03/2024).

"No hay pan, no hay leche. No tenemos corriente. Los niños no van al colegio porque no desayunan y, cuando van, caminan hasta tres kilómetros porque no hay transporte. Una vez pedí en mi trabajo que me dejen volver a casa porque, entre tanto calor, apagones de más de diez horas y otras dificultades, mantenerme en pie es un reto (...) Esto es duro, muy duro". Un cubano que vive con su familia en Pura y Limpia, una humilde barriada de chabolas junto a la localidad de Santa Marta, occidente de Cuba. Agencia EFE (20/03/2024).


Tenía que sobrevivir. Cómo un accidente aéreo en los Andes inspiró mi vocación para salvar vidas

Por LA LIBRERIA

Ed. Penguin Random House, 432 páginas, año 2022. Por Roberto Canessa y Pablo Vierci.

La edición aniversario del libro "Tenía que sobrevivir...", de Canessa y Vierci, conmemora los 50 años de la tragedia de los Andes, brindando una visión renovada y ampliada de la impactante historia. Publicado por primera vez en 2016 por Editorial Atria, esta edición especial incluye un prólogo actualizado que relata los desafíos que Canessa ha enfrentado, especialmente durante la pandemia del covid-19.

El libro narra la experiencia de Canessa, uno de los sobrevivientes del accidente aéreo de los Andes en el año 1972. Canessa, entonces un incipiente estudiante de medicina, se convirtió en un pilar crucial para la supervivencia del grupo, enfrentándose a situaciones límite y tomando decisiones de vida o muerte.

En la nueva edición, la narrativa entrelaza los eventos del accidente con la vida posterior de Canessa, quien se convirtió en un destacado cardiólogo infantil, utilizando -según él mismo narra- sus experiencias en los Andes como una fuente de inspiración y motivación en su carrera médica.

El libro explora temas de esperanza, determinación, solidaridad e ingenio, ofreciendo una nueva perspectiva sobre una historia conocida en todo el mundo; que hoy, a partir del éxito de la película "La sociedad de la nieve" (inspirada en otro de los libros del mismo Vierci), se ha rencontrado con el público.

La edición aniversario también destaca el impacto duradero de la historia de Canessa, no solo como un relato de supervivencia, sino como un catalizador para el crecimiento personal y profesional. A través de testimonios de pacientes y familias, se muestra cómo el libro ha servido como una fuente de fortaleza y motivación para aquellos que enfrentan desafíos similares.

"En los años que siguieron a su aparición, Roberto Canessa multiplicó, en forma exponencial, su trabajo con el corazón de los niños. En muchos casos, el libro Tenia que sobrevivir como lo confiesan los propios padres de los pacientes, sirvió como palanca para proyectarlos hacia adelante o como un ariete para perforar los techos hasta entonces conocidos ambientando pasos más allá de los imaginables, en territorio desconocido. Ese había sido el origen y objetivo de la obra: un pretexto para innovar, como el propio Canessa se visualiza a sí mismo, un disparador", narran los autores al comienzo de la obra.

Correo de los Viernes.
Publicación Oficial de la Secretaría de Prensa del Foro Batllista.