Edición Nº 1017 - Viernes 22 de noviembre de 2024

A través del voto, vecinos reclamarán cambiar el recorrido del tren de UPM

Por Angelina Rios

Vecinos juntan firmas y podrían recurrir a un plebiscito para evitar que el tres atraviese las ciudades

La instalación de una tercera planta de celulosa en Uruguay y la segunda por parte de la empresa finlandesa UPM, desde que el gobierno  a fines de 2017  anunció el compromiso destacando que  es la mayor inversión jamás realizada en nuestro país, ha generado  por el secretismo del proyecto, cuestionamientos de más de veinte organizaciones no gubernamentales. Las causas son muchas, sostienen  que es perjudicial para el Uruguay, en tanto compromete aspectos económicos, ambientales, jurídicos, sociales y culturales que resultan vitales para la sociedad uruguaya.

El proyecto cuenta con una serie de requisitos y condiciones que incluyen, entre otros, una remodelación de los 273 kilómetros de la vía férrea que van desde Paso de los Toros (Tacuarembó) hasta  el Puerto de Montevideo.

Según autoridades gubernamentales, la iniciativa Ferrocarril Central,  se trata de una obra de infraestructura relevante para el sistema multimodal de transporte y la más importante del modo ferroviario de los últimos años. Se aumentará el estándar para la circulación de trenes de carga a 80 kilómetros por hora y 22,5 toneladas por eje.

El proyecto incluye un tramo de vía doble inicial de 26 km, una docena de vías secundarias para cruces de trenes, un tramo de vía para acceso industrial y más de 40 puentes ferroviarios que se refuerzan o se construyen nuevos.

El trazado definido incluye el by-pass de varios centros poblados y la rectificación de curvas, para permitir mayor seguridad en la circulación de trenes. En la interacción con las tramas urbanas de diferentes ciudades, se construirán pasajes a desnivel (ferrocarril soterrado en trinchera) y en los cruces a nivel se colocarán sistemas de barreras con señalización luminosa y efectos sonoros, un sistema automatizado que garantizará las más altas condiciones de seguridad vial.

Ahora bien, una remodelación de esta magnitud implica afectaciones a poblaciones en varios departamentos (Montevideo, Canelones, Florida y Durazno), con consecuencias directas como la expropiación de sus terrenos e impactos ambientales (ruido, vibraciones, emisión de gases). Según los datos oficiales, hay cerca de 38.000 personas dentro del área de influencia de esta obra.

En ese sentido vecinos de los departamentos mencionados iniciaron varias movilizaciones, entrevistas y recolección  de firmas para que el gobierno tuviera en cuenta  su inquietud de modificar el trazado original previsto en el proyecto Ferrocarril Central, solicitándole un trazado alternativo que considerara que las vías  pasen por fuera de las localidades pobladas.

El Ministro de Transporte y Vivienda Víctor Rossi, en declaraciones públicas,  dijo que si bien entiende que los reclamos son legítimos no representan el sentir de la mayoría de la población de los pueblos y localidades afectadas, explicando además que instrumentar los desvíos que plantean los vecinos implicaría un gasto que no está en los planes del gobierno. Dejó claro que este proyecto ya fue aprobado por todos los organismos estatales.

Dado las respuestas insatisfactorias brindadas por las autoridades, los vecinos tienen pensando utilizar otra herramienta que también es legítima y sería el uso de plebiscitos departamentales.

En la historia de nuestro país, este recurso se ha implementado en dos ocasiones.

La primera fue el Plebiscito de Cerro Chato  el 3 de julio de 1927,  que más allá de la finalidad por la que fue realizado -decidir la jurisdicción del pueblo, que se la disputaban tres departamentos Treinta y Tres, Florida y Durazno- singularizó al Uruguay en América Latina ya que fue la primera vez que la mujer ejerció el derecho de voto.  El resultado del plebiscito (en el cual triunfó Durazno)  nunca fue tomado en consideración por las autoridades de la época, y la iniciativa de anexión se perdió en el tiempo manteniéndose hoy la misma situación que en 1927, salvo que en los pobladores se aprecia un sentido de pertenencia comarcana, producto de los lazos que los vinculan a los tres departamentos.

Y la otra, el 22 de julio de 1951, día que se realizó el  Plebiscito del Vintén, en el cual se derogó el decreto de suba del precio del boleto que el Intendente Municipal de Montevideo, Germán Barbato  había aumentado de 8 a 10 centésimos, lo que implicó una suba de 2 centésimos, cuya moneda se llamaba coloquialmente "vintén".

El voto, es la herramienta para hacer valer sus derechos, más allá de las decisiones ya tomadas por el gobierno. Los vecinos de Montevideo, Canelones, Florida y Durazno tienen la última palabra para que se les tenga en cuenta en sus solicitudes, de la forma más democrática, que son  convocando a los conciudadanos a  un plebiscito departamental.



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