Por Julio María Sanguinetti
El Dr. Sanguinetti continúa desgranando el devenir de la actualidad política a partir de sus comentarios en torno a la campaña electoral.
Observando con objetividad los dichos y presentaciones de los candidatos, Pedro Bordaberry se destaca —a nuestro juicio— como el más sólido, el que habla con mayor convicción, el que nunca escurre el bulto de una pregunta complicada, aun a riesgo de decir algo políticamente poco conveniente. Sin embargo, debe luchar contra los prejuicios. Se dice de él que es conservador, por herencia y no por mérito propio, aunque plantee reformas e innovaciones, como en educación, frente a un Vázquez absolutamente continuista, que cree que no hay crisis y que hay que seguir como estamos. El prejuicio trata de predominar sobre el buen juicio…
*****
El Frente Amplio sigue en la oposición. Ya no es más oficialista. Es la oposición a la presidencia virtual de Lacalle Pou. Pocas veces se vio una impostura parecida.
*****
El PIT CNT invoca todo el tiempo las “conquistas de los trabajadores” cuando, en realidad, se trata de avances de la burocracia sindical. En la ASSE, ¿avanzaron los trabajadores o avanzó la dictadura del señor Silva, titular de una estructura de corrupción según la Justicia? En la vivienda, el plan que se le concedió no ha construido una vivienda, pero está en la Justicia por un escándalo de coimas peor aún que el de ASSE. La burocracia sindical maneja hoy millones de millones, por cuotas, más los fondos enormes que ha copado en el Estado. Las “conquistas” son esas…
*****
El Partido Colorado sigue haciendo propuestas. No sólo las de fondo sobre educación, seguridad y economía. También otras para arrancar compromisos globales. Propuso un pacto contra la corrupción; ahora otro para terminar con ese Estado paralelo que hoy existe alrededor de las empresas del Estado y del que nadie se entera. No ha habido demasiada suerte. Esperamos que última iniciativa agregue algo.
*****
El oficialismo cultural ha publicado una caterva interminable de nombres bajo el rótulo de “intelectualidad uruguaya”… Es patética. Salvo algunas nobles excepciones, como Tomás de Mattos, Daniel Vidart y Federico García Vigil, lo demás es una “gatolandia” que mide hasta qué punto fue un espejismo aquella idea de que el Frente Amplio congregaba a los “inteligentes” del país. Quizás el país hoy no tenga figuras enormes, como tuvo en el pasado, pero aun así —y sin entrar a buscar nombres— queda claro que en cada rubro, los mejores —felizmente— no están. Incluso algunos votantes frentistas que simplemente se negaron a figurar en esas listas mussolinianas (o kirchneristas) de “intelectuales orgánicos”.