Dolor e incompetencia
Por Julio Aguiar Carrasco
El Frente Amplio no sabe ejercer la autoridad del Estado para reprimir al delito y defender la vida de la gente común
Hay tantos medios de comunicación y tantas veces se repiten hechos violentos, que uno entra en una especie de inercia y acostumbramiento.
Pero un día sucede otro hecho violento y parece tocarse un botón que enciende las alarmas, provoca angustia, tristeza y temor. ¡No es que haya diferencias entre los muertos, no, por favor! Es un tema subjetivo, del momento en que sucede, que vuelve a desnudar nuestros miedos en un país que no da certezas ni seguridades.
Esto es lo que ha provocado la muerte injusta y cobarde, de Florencia Cabrera, de 26 años, cajera de un supermercado, asesinada con un balazo por la espalda, luego de haberle entregado dos mil pesos a su asesino. Una trabajadora muerta sin que el PIT-CNT se digne a decir algo, mostrando otra vez, como si fuese necesario, su politización partidaria.
Lo que nosotros percibimos directamente no es solamente una vida perdida lastimosamente, sino el sufrimiento de una familia entera, sin que esto tenga solución alguna.
En la indignación, lo primero que me viene a la mente, es el Sr. Bonomi. El ministro hace 6 años que está en el cargo; ha tenido el dinero para invertir que tantos otros ministros nunca tuvieron (34% más); tuvo las manos libres, al hermano del Presidente como Sub-Secretario, la confianza del Sr. Mujica, su “amigo”.
Pero su gestión ha sido francamente deficitaria. Llevamos 58 homicidios en todo el país, apenas en lo que va del año 2018: ¡10 muertos en solo 4 días!
En el 2017 los homicidios aumentaron un 5.6%; 2018 pinta para que se rompan todos los récord. El maltrato se ha duplicado; ayer fueron los mejicanos, luego los chilenos, los mega operativos que nunca sirvieron para nada (solo una puesta en escena), los ajustes de cuentas que nunca se sabe bien entre quienes, etc. En el Uruguay hay “15 aeropuertos”, 11 de ellos cierran a las 19 hrs. El sindicalista argentino detenido en nuestro país, viajaba cada 9 días al Uruguay, 380 veces en 10 años. ¡Nunca nadie lo detectó!
¿Qué sucede con la droga y el dinero para lavar que viene de la Argentina? ¿Por qué si la pobreza ha bajado, los homicidios aumentan? ¿No será que la pobreza no es lo único que genera violencia, a diferencia de lo que ha dicho el Frente Amplio durante años?
La verdad es que estos temas son un mar de dudas e interrogantes: el país se merece y tiene la obligación de tener un debate serio sobre esto.
Bonomi se debió haber ido hace rato. No voy a insistir en eso porque es llover sobre mojado.
Eso sí, por su tozudez, el Gobierno ha quedado rehén de las pésimas gestiones en Seguridad, Educación, ASSE y la corruptela,
El gobierno compara la situación del Uruguay con países latinoamericanos. No me interesan esas comparaciones, quiero hacerlo con los países desarrollados. Además, las estadísticas no mencionan el temor, la angustia y el miedo con que se vive hoy en el Uruguay, un país totalmente enrejado.
Así es como surgen los razonamientos tan pasionales como equivocados, las Fuerzas Armadas a las calles, medidas prontas de seguridad, imponer la pena de muerte, etc., debates que uno creía que el país los había superado ya hace años.
El Gobierno tiene una visión de este tema muy particular y diferente del nuestro. La izquierda siente como una clase de prurito para ponerse fuerte en estos casos: lo que no piensa es en el resto de la ciudadanía, vulnerable en las calles y desprotegida por ausencia del Estado.
Acepta al gobierno venezolano que ha matado a diestra y siniestra; pero se niega a endurecer las penas o una serie de medidas que la oposición presentó en su momento y que fueron ignorados por el Gobierno.
El Mides es socio-cómplice de Bonomi. Sus “Comités de Base” han sido un fracaso; su filosofía social ha sido errónea, pues ha acudido al asistencialismo. Millones gastados para no sacar a nadie de pobre, sino solo dejarlos contentos: ¡acá está una de las bases de la votación del Partido Comunista!
Hay una violencia latente en nuestra sociedad. Se nota no bien uno sale a la calle y se mete en el tráfico. Hay un resentimiento que se mantiene por un pasado que nos sigue dividiendo y que no nos permite mirar con alegría un futuro mejor para el Uruguay. Ese odio tiene mucho de político y no somos nosotros los que nos encargamos de mantenerlo vivo.
Por supuesto, como la ex presidenta de Asse, la culpa la tienen los demás, en una teoría estratosférica del Frente Amplio. Así también el Director de Primaria, nada menos, Pablo Caggiani utilizó el rebuscado argumento: “Nació en 1998. Cuánto hijo de mil putas tiene que hacerse cargo de hambrear gurises y que no les llegue el Estado nunca. Falta en pila, lo primero es preguntar. La otra receta produce esto. Que bronca...” dijo. (¿?).
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