Edición Nº 1017 - Viernes 22 de noviembre de 2024

Hacia octubre

Por Julio María Sanguinetti

Habiendo quedadas despejadas las dudas jurídicas —que para nosotros nunca lo fueron— en torno a la fórmula colorada, se abre un camino promisorio para el Partido Colorado y, con su decisivo aporte, para el conjunto de la oposición, alumbrando un tiempo nuevo para el país.

Ha quedado legitimada la fórmula colorada por la Corte Electoral, al habilitarse la candidatura a Vicepresidente del Dr. Robert Silva. El máximo órgano de la justicia electoral respondió a la consulta formulada por el Partido Colorado e hizo muy bien en habilitar la candidatura: lo contrario era desconocer —de hecho— el derecho de un ciudadano a ser candidato, porque obligarlo a esperar a setiembre a la presentación de la lista para luego decidir, era un modo indirecto de impedirle hacer campaña.

La Corte Electoral también resolvió, en cuanto al fondo, lo que para nosotros era incuestionable, o sea, que no se puede prohibir el derecho a ser elegible sin una expresa disposición en contrario, interpretada además en forma restrictiva. Invocar el articulo 201, como explicamos en nota anterior, era desconocer la letra y la intención del constituyente de la época, que cuando estableció la exigencia de renuncia, remplazó la palabra “diputados” por “legisladores” a efectos de cubrir también a los Senadores. Nadie pensó entonces —como lo explicamos en nuestro carácter de redactor y miembro informante de la Constitución de 1967— en incluir al Vicepresidente en la cuestión.

Participamos de ese debate con toda convicción y por lo mismo saludamos el pronunciamiento de la Corte, que ha dado una formidable lección de institucionalidad. No ha habido una mayoría políticamente regimentada y de ese modo ha ejercido su rol superior de preservar, con celo, los derechos electorales de los ciudadanos. Incuestionablemente ha fortalecido su mejor tradición, la que exhibió ante el mundo con sorpresa en el plebiscito de 1980, en que bajo una dictadura todo su sistema actuó con limpieza al servicio de la verdad electoral.

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Despejado ese tema, se abre a los partidos de la oposición el desafío de trabajar para echar las bases de un futuro gobierno de coalición. Lo venimos diciendo desde junio del año pasado, cuando la idea no parecía estar en la agenda. Felizmente hoy lo está y el domingo, en el diario “El País”, desarrollamos nuestro pensamiento en artículo que reproducimos en esta edición de “Correo”.

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El Partido Colorado, con la fórmula Talvi-Silva, ofrece una perspectiva esperanzadora. Son candidatos sólidos, pese a que sea esta su primera incursión electoral. El primero, con una larga tradición académica, realizó una gran campaña e instaló en la ciudadanía la idea de representar “la renovación”. El segundo es un batlllista joven pero de ya larga militancia, ha sido activo participante de nuestra reforma educativa, que presidió Rama, y hasta ahora representaba a los docentes en el Codicen, por elección de sus colegas. En ese ejercicio mostró su adhesión a los principios de laicidad republicana, afrontando severos debates.

Nuestro movimiento, “Batllistas” se apresta a ser pieza fundamental de esta elección que aparece hoy bajo una luz de esperanza. Nadie duda —ni tirios ni troyanos— de que nuestra contribución fue fundamental para el resurgimiento de un glorioso partido, que lucía anémico y desorientado en aquel ya lejano mayo de 2018, cuando irrumpimos en el escenario con un acto en el Barrio Sur de Montevideo y otro en Las Piedras. Ese patrimonio político y moral nos posiciona inmejorablemente para que hagamos ahora nuestro imprescindible aporte de sentimiento batllista, convicción republicana y probada experiencia en el servicio a la institucionalidad democrática.

Encabezaremos una lista al Senado, que representará, en los 19 departamentos, ese núcleo esencial del Partido Colorado, concebido como una tradición que ofrece seguridad tanto como un grupo abierto a la modernidad por el pensamiento de las personalidades más relevantes de nuestra filosofía.

Somos los colorados de siempre, fieles a la República y sus instituciones a lo largo de dos siglos de esfuerzos constructivos y luchas políticas. También los batllistas de todas las horas, los que formulamos las conquistas sociales desde el inicio del pasado siglo, integramos la sociedad en una gran clase media, dignificamos al trabajador, elevamos la condición social y jurídica de la mujer y amalgamamos así la filosofía liberal con el espíritu de justicia que le dio renovada vida en el terreno de la política.

Por supuesto, respetamos la victoria electoral del cconomista Talvi y de “Ciudadanos” y por eso nuestro esfuerzo es paralelo. Al mismo tiempo, pensamos que sería deseable que “Batllistas” sumara a su fuerza electoral la que patrocinó la candidatura del Dr. Amorin Batlle, dándole así relevancia a ese 47% de ciudadanos colorados. Por ahora esta idea es solo eso, pero estamos convencidos de que el Partido Colorado necesita sumar y no restar, aglutinarse y no fragmentarse. Con este espíritu podremos mirar octubre con legítima expectativa.



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