Por Julio María Sanguinetti
La coalición que gobierna el país ha vivido días de prueba. Lo fue en el caso de la reforma de la Seguridad Social, ley fundamental para el futuro nacional, y en el episodio del Ministerio de Vivienda, que produjo la renuncia de la titular Señora Irene Moreira.
En el caso de la seguridad social llevamos, desde octubre de 2020, dos años largos de deliberación, información y consulta a todos los partidos y sectores de la sociedad. El 17 de octubre pasado, luego de meses de discusión interna de la coalición, llegamos a un acuerdo, que solemnizamos en una reunión con el Presidente de la República, ampliamente publicitada. Casi inmediatamente, y de modo sorpresivo, Cabildo Abierto comenzó a cuestionar lo acordado y ello llevó a que en el Senado se llegara a otro acuerdo, que también fue cuestionado y produjo un largo trámite en diputados. El Partido Colorado actuó en todo ese proceso de modo particularmente constructivo, proponiendo fórmulas conciliadoras y sacrificando muchas veces posiciones propias. Luego de llegar a otro principio de acuerdo, a última hora volvió Cabildo Abierto a emplazar al gobierno con dos propuestas muy disruptivas, adosadas a la amenaza de no votar la ley. Finalmente fueron aceptadas por el Presidente de la República. Eso abrió una nueva instancia de negociación, en que el Partido Colorado pudo hacer algunas propuestas que había sacrificado, como la rebaja del IASS o un sistema nuevo de cómputo de edades, siempre contribuyendo y nunca anunciando un posible voto negativo a la ley.
Fue un proceso muy difícil, que mostró las enormes dificultades que significa trabajar con un partido inestable en sus acuerdos. No es esta una calificación sino un hecho objetivo y público.
Esta semana, la turbulencia vino por otro lado. Un episodio ampliamente publicitado de adjudicación de viviendas nuevas eludiendo el sistema establecido de sorteo en beneficio de allegados, generó un estallido mediático. La Ministra Sra. Irene Moreira, alegó la existencia de un "cupo mío" que no se logró justificar cabalmente y llevó al Presidente de la República a solicitar su renuncia.
Allí ocurrió algo inédito. Una conferencia de prensa del líder de Cabildo desconociendo la decisión presidencial y reclamando una revisión, seguida luego de otra conferencia de prensa de la Ministra ratificándose rotundamente en sus hechos.
Si hay algo que está en la esencia de la organización de nuestro Poder Ejecutivo es la naturaleza de "confianza" de los Ministros. El Presidente la otorga o la retira y no está obligado siquiera a dar explicaciones. Esto fue abiertamente cuestionado de un modo inusualmente agresivo, impugnando la solicitud de renuncia. Se abrió así, al día siguiente, un gran paréntesis sobre si Cabildo Abierto seguiría o no en la coalición de gobierno. Finalmente llegó a una conclusión afirmativa, anunciada en una larga declaración cuyos considerandos parecían fundamentar lo contrario.
Si cuestionable es el fondo de ese texto, tanto o más lo ha sido su forma y el tono con que se presentó, insistiendo en el error administrativo y cuestionando al Presidente de la República, que ha puesto a prueba su espíritu de tolerancia y compromiso con la coalición al soslayar agresiones impropias para su investidura.
Hubo también agravios para los socios de la coalición. En lo que al Partido Colorado respecta, no puede Cabildo Abierto alegar nada que no sea un espíritu de cooperación, aun en aspectos personales referidos al Senador Manini Ríos, como fue el caso de su eventual desafuero y el referido a su condición de colono en el Instituto respectivo. No se puede atribuir una actitud de "violencia" a la discrepancia con propuestas suyas que no estábamos obligados a aceptar.
Es también rechinante que se proclame monopolista del interés general, atribuyendo intenciones espurias a todos quienes opinan diferente. El General Manini cae y recae en esa atribución de malignas intenciones a quienes piensan distinto. Debiera saber que ello en ocasiones hasta agravia en lo personal y que si no se le ha contestado como pudiera haber ocurrido, es nada más que como un sacrificio más a la marcha del gobierno. Ni el Partido Colorado, ni el Partido Nacional ni el Partido Independiente son dóciles ante presiones de grupos de interés y hay una historia detrás que lo avala.
Hay un nuevo Ministro en la cartera de Vivienda. Ha tenido una actuación seria en el Senado y no dudamos que así ejercerá el cargo.
Felizmente, la tormenta parece haber pasado. En lo personal hemos guardado silencio pero hoy sentimos necesarias estas precisiones. Abrigamos la esperanza de que todos podamos trabajar constructivamente, sin emplazamientos, intimaciones o plazos arbitrarios que impidan la debida consideración de temas delicados para los intereses generales del país.
Cada escollo, nos renueva las esperanzas. Las dificultades son las que miden la estatura de los protagonistas.