Por Julio María Sanguinetti
El Monitor Educativo Liceal 2014 hizo público, con gran satisfacción de las autoridades, la baja en el nivel de repetición en la enseñanza secundaria.
El nivel de promociones pasó de 69,1% en 2013 a 72,1% en 2014. En 2004 era de 74,13%, o sea que, luego de 10 años, ni siquiera se ha alcanzado el nivel de aquel entonces. Importa señalar, además, que nadie cree que esos números quieran decir lo mismo, cuando es público y notorio que los niveles de exigencia han bajado drásticamente. Han bajado en la tolerancia a las faltas (las famosas 20 faltas están en la historia) y también ha descendido verticalmente el nivel de rendimiento requerido.
Más de una vez hemos dicho, y lo repetimos hoy, que con los criterios actuales, tanto en Primaria como en Secundaria, dentro de poco no habrá repetición. Lo cual simplemente querrá decir que los muchachos pasaron de año, pero no que aprendieron lo que tenían que aprender. Es el progreso estadístico al cual se nos tiene acostumbrados mientras seguimos marchando hacia el abismo.
Las autoridades de Secundaria niegan que haya una presión oficial para bajar esos parámetros. No hay profesor que no nos diga lo contrario. Por supuesto, nadie quiere entrar en conflicto con la autoridad, pero lo han reconocido las propias gremiales, normalmente inclinadas a considerar que se brinda la mejor educación posible y que reducen sus cuestionamientos a los sueldos.
Otro dato interesante es que la matrícula en Secundaria ha bajado de 238 mil alumnos (números redondos) a 221 mil, o sea, 17 mil alumnos menos. Lo mismo pasa en Primaria, donde la baja es de más de 60 mil alumnos. Ha aumentado en la UTU, pero en conjunto la Anep, en la enseñanza media, tiene 56 mil alumnos menos que en 2004. La educación media privada, en cambio, ha subido de 35 mil alumnos a 44 mil. O sea que, desafortunadamente, el sistema público está perdiendo prestigio al punto que dirigentes sindicales de clara filiación frenteamplista están pidiendo liceos privados para sus hijos.
Por estos días también se publicitaron los resultados del TERCE, un sistemas de evaluación de Unesco que cubre a los chicos de 3º y 6º grado en lengua y matemática y a los de 6º también en ciencias naturales. Los resultados son también penosos. En 6º hemos bajado en los tres rubros. Chile confirma que está delante de nosotros, como no ocurría hace pocos años, y Costa Rica y Uruguay somos los únicos que hemos bajado. Brasil, México y Perú siguen debajo todavía, pero han mejorado sustancialmente y, de seguir las cosas así, nos superarán, como ya pasa con Argentina, lo que es una vergüenza. Sarmiento y José Pedro Varela se horrorizarían.
De todo esto surge una conclusión: no podemos seguir con las lecturas complacientes, con tratar de mirar los números de modo benevolente y retorcerlos hasta que confiesen mejorías que no existen. Este es el futuro. El futuro inmediato, el que ya nos está llegando, el que nos está llevando por delante. Hay empresas de administración de personal que afirman que no se han instalado en el país algunas multinacionales por no encontrar personal adecuado. ¿Podemos seguir conviviendo con esta realidad y seguir engañando y engañándonos?