Por Julio María Sanguinetti
El Partido Colorado, como siempre, mira hacia adelante. El mayor testimonio fue el formidable Congreso de la Juventud, que en Florida congregó a 500 jóvenes de todo el país. Reunión vibrante, entusiasta, reveladora de pertenencia, porque en una colectividad hoy sin referencias presidenciales el motor es la convicción, el acervo de doctrina, la voluntad de trabajar por el país.
Allí está el futuro, entonces, la continuidad.
En la perspectiva más cercana están las definiciones estratégicas para que la Coalición Republicana se mantenga en el gobierno y asegure la continuidad de las reformas en curso. Sería entristecedor retornar al quietismo inmovilista en educación o retroceder en el camino imprescindible de darle estabilidad al sistema de seguridad social, que ya implica siete puntos del IVA y el discutido IASS.
La gente tiende a pensar que el Estado uruguayo nunca dejará de pagar. Es halagador que haya confianza en el Estado, pero si los equilibrios financieros no se cuidan, irrumpe la carrera del déficit, la deuda y la emisión de dinero, de la que es cumplido ejemplo Argentina. Es más: tenemos la demostración en el caso de las cajas Bancaria y Profesional, que están hoy realmente en crisis, con riesgo inminente de entrar en la insolvencia. El buen ejemplo, a la inversa, es la Notarial, que hizo a tiempo sus deberes, aumentó las edades y otras medidas que le han dado equilibrio.
No se puede dar marcha atrás, entonces. La otra coalición, la frentista, carece hoy de la conducción política e intelectual de figuras con el peso del Dr. Vázquez o el Cr. Astori, que manejó 15 años una política económica que tuvo muchos errores, pero en cambio enterró todos los eslóganes históricos del Frente Amplio ("no pagar la deuda externa", "romper con el Fondo", etcétera, etcétera). El PIT-CNT es el que marca hoy el ritmo. La dirigencia política tiene muy poco margen de maniobra y ello se hace cada vez más ostensible, desde que Fernando Pereira cambió su sillón presidencial en la gremial sindical para ser el bastonero del Frente.
En esa perspectiva, el lunes pasado una delegación del Comité Ejecutivo Nacional del Partido Colorado visitó al Directorio del Partido Nacional, en su vieja casona de la Plaza Matriz. Fuimos, justamente, a plantear esa visión, la de partidos que deben ofrecerle a la ciudadanía la opción de un gobierno viable políticamente y eficaz en la administración, desde la identidad diferenciada de cada uno. Ambas visiones son coincidentes: cada colectividad tiene su perfil y es fundamental preservarlo, porque no solo responden a tradiciones distintas sino a sensibilidades políticas diferentes, aunque siempre en la filosofía democrática, liberal, de nuestra República. No es lo mismo un batllista que un herrerista, un independiente o los cabildantes que recién empiezan a definir su andar. Al mismo tiempo, la ciudadanía debe sentir que hay una real opción de gobierno, porque ninguno de los partidos en solitario, tiene la fuerza suficiente para imponerse. El Partido Nacional es el que ha lucido más fuerte en los últimos años, pero el Dr. Lacalle Pou, alcanzó el 29%, con una campaña brillante, y si llegó a la presidencia fue por el 13% colorado, el 11% de Cabildo y el 2% de las demás colectividades. Todo apunta, entonces, a proyectar la idea de la coalición hacia adelante.
Así como el 28 de mayo del 2018 sembramos la idea de la coalición en la recordada reunión con los Dres. Lacalle Pou y Larrañaga, este lunes 29 de mayo hicimos algo parecido ante la autoridad nacionalista. En este caso, nuestra idea es que la coalición debe proyectarse a los gobiernos departamental y municipales, con un lema común. Ya se hizo en Montevideo con un resultado razonable, aunque en ese caso con un solo candidato. Ahora se trataría de sumar votos con candidaturas diferentes. Si en Salto se hubieran sumado los dos candidatos, colorado y nacionalista, no habría hoy un Intendente frentista. Esto se reproduce en el litoral, no tanto en el resto de los departamentos, donde la influencia blanca es ampliamente mayoritaria, Cerro Largo, por ejemplo, y se hace imprescindible ofrecer al Partido Colorado la opción de integrar un lema con perspectiva de gobierno. Se trata de estimular el trabajo político, para que la posibilidad de tener una presencia departamental en mayo lleve al mayor esfuerzo en las elecciones nacionales, previas, de octubre y noviembre.
Como se ha dicho siempre, la política es el arte de lo posible. Y si no se encuentra el camino para llegar al gobierno, todo lo demás se hace ilusorio. Desde la oposición no hay programa a llevar adelante. Y de eso es que se trata: de luchar para que la actual Coalición Republicana continúe su obra de modernización y el país no caiga en ese anacronismo pseudoprogresista que campea en América Latina y puede proyectarse a Uruguay. No se trata de agitar el viejo "cuco comunista", pero sí de decir con voz clara que el Frente Amplio hoy es el PIT-CNT y que éste mantiene una visión antigua, clasista, ajena a las necesidades de una sociedad digital, que nos impone otra competitividad y otra formación de jóvenes. Tener todavía un representante de Cuba en los actos del 1º de mayo es la expresión simbólica de la permanencia de un "muro de Berlín" que no ha arribado aun a la mentalidad de nuestra llamada izquierda, opuesta a todo lo que sea cambio.
El dilema es claro, o miramos adelante, o se pone la marcha atrás. Avance o inmovilismo.