Edición Nº 1018 - Viernes 29 de noviembre de 2024

Luis Hierro Gambardella, un pilar del partido Colorado y de la Patria

Por Gabriela y Roberto Pena Schneiter

"(...) Si mi labor en los ámbitos parlamentarios ha sido o no útil y fecunda no lo sabré apreciar y no seré yo quien lo diga. Tampoco tal vez, lo dirán los cronistas de estos tiempos, que vendrán para registrar acontecimientos más importantes. Solo espero que el honor y la vocación democrática que me impulsaron queden tan limpios, para legarlos a mis descendientes, como cuando los recibí de mis mayores (...)" (Extracto de la carta de renuncia al Senado del profesor Luis Hierro Gambardella, al haber sido designado embajador en España - Cámara de Senadores, 47ª Sesión Ordinaria, de 17 de julio de 1985).

Luis Hierro Gambardella fue docente, escritor, periodista y político; desempeñó, entre otros, los cargos de representante nacional, senador, ministro de Estado y embajador. Al cumplirse, el 1° de setiembre, 105 años de su nacimiento, queremos recordarlo por sus invalorables servicios públicos y aportes culturales, así como por el honor y la vocación democrática legados a sus descendientes, a través de pasajes de algunos discursos expresados en su memoria por distinguidos legisladores, que resaltan sus talentos y virtudes. Asimismo, evocamos uno de sus gestos en el Parlamento nacional, en defensa de la democracia y la República. Todo lo cual demuestra que su labor ha sido, además de útil y fecunda, excepcional.

La ilustración en la política

El senador Carlos Cigliuti, en oportunidad de que el senador Luis Hierro Gambardella presentara su renuncia al Senado, expresaba: "(...) Siempre se ha destacado por unir a su espléndido talento natural, una notable cultura permanentemente mejorada y ampliada. Es un hombre actual, un hombre de su tiempo. Las épocas cambian y él se mantiene siempre fiel a la obligación de servir realmente a la sociedad. (...) En todos los cargos que ocupó, el señor senador Hierro Gambardella destacó todas esas condiciones que siempre se ha dicho deben ser el norte que inspiren la acción del hombre político: disciplina mental, estudio de las formas lógicas, empleo del lenguaje preciso, y conocimiento y observación completa y profunda de las cosas" (Cámara de Senadores, 47ª Sesión Ordinaria, de 17 de julio de 1985).

También el senador Cigliuti, en el homenaje que le realizara el Senado de la República al profesor Luis Hierro Gambardella, a dos días de su fallecimiento, como representante del sentir del Partido Colorado, manifestaba: "(...) lo que impresionaba de Hierro Gambardella era su modo sicológico, su estrategia interior, la armonía de su alma y su solidaridad inconmovible con sus principios, a los que ofrendaba la suma de su valor, de su energía, de su conducta y de su extraordinario talento, su cultura, enriquecida notablemente con el ejercicio de su actividad como profesor de literatura, desempeñada por largos años en nuestra Enseñanza Media. (...) se distinguió en sus intervenciones por su brillo y galanura y la cultura que revelaba en ellas (...). Mantuvo siempre una condición esencial que fue la de la tolerancia política (...), tolerancia que naturalmente no llegaba a las cuestiones de principios o de moral en las que era rectísimo e insobornable. (...) En consecuencia, fue un orador clásico, de acento emotivo, de vuelo lírico, de oportunas y bellas imágenes, todas ellas imbuidas por un profundo conocimiento de los temas que abordaba" (Cámara de Senadores, 38ª. Sesión Ordinaria, de 19 de julio de 1991).

La libertad como forma de vida

El Presidente de la República, doctor Jorge Batlle, al realizarse un homenaje y reconocimiento al profesor Luis Hierro Gambardella, a los diez años de su fallecimiento, en la Cámara de Representantes, remite una carta, que es leída en Sala, la cual transcribimos: "Es mi deseo sumarme al homenaje que en el Parlamento se le tributa hoy a mi gran amigo y mejor ciudadano Luis Hierro Gambardella. Quienes le conocimos y pudimos beneficiarnos de sus condiciones morales e intelectuales, quienes pudimos apreciar su coraje, su honestidad, su valor cívico, su talento, tenemos motivos más que suficientes para entender que es de toda justicia ese honor que se le dispensa. Hierro Gambardella llevó con orgullo su condición de hombre de la cultura y de hondo demócrata en todas las instancias de su fecunda existencia. En su concepción y también en su apuesta vital, nunca supo, nunca quiso distinguir ambos atributos; para él, la idea de libertad fue siempre inseparable de la independencia de las instituciones del Estado de Derecho, pero también inseparable de los compromisos del saber y del pensamiento. Hierro, además, portaba consigo, como algo natural a su ser esencial, las calidades de nuestra gente, las que entregó a manos llenas a lo largo de su vida. Cualidades que heredadas de sus mayores, a los que recordaba con orgullo, y cuyo ejemplo siguió sin desmayos, le permitieron ofrecer a sus conciudadanos, a su partido, a la sociedad y a su cultura, así como a las instituciones públicas, un ejemplo de conducta y de vasta voluntad de servicio, bajo el signo de los más nobles ideales. Recordar su figura y su obra me parece que es un deber que tenemos los que venimos de su generación para con las generaciones presentes y futuras; un modo de reafirmarnos en la continuidad de lo que somos y de lo que necesariamente legaremos a quienes nos aguardan desde las fronteras del porvenir. Vaya, pues, para la memoria del ilustre ciudadano y muy querido amigo mi recuerdo más sentido" (Cámara de Representantes, 38ª. Sesión Extraordinaria, de 17 de julio de 2001).

Un pensamiento humanista y universal

En la exposición de motivos de la Ley N° 17.459, de 12 de marzo de 2002, por la cual se designó "Profesor Luis Hierro Gambardella" al Liceo N° 55 de Montevideo, cuyo proyecto fuera presentado por la bancada colorada de la Cámara de Representantes, se expresa que a Hierro Gambardella "(...) lo encontraremos siempre dedicando su vida al servicio de la humanidad por la senda de la libertad. (...) A un hombre de pensamiento humanista y universal como él, ningún tema le es ajeno; conoce en profundidad todo asunto político, económico, social de trascendencia, mas su natural inclinación es hacia los temas de mayor contenido social como los de la seguridad social y los de la economía, como los de la educación y los de la cultura. (...) Hoy, cuando se habla de un descaecimiento de los valores morales en nuestra sociedad, la vida del profesor Luis Hierro Gambardella es una generosa enseñanza y un valioso ejemplo para todos. Humanista y liberal, demócrata y republicano, legislador, gobernante y diplomático, docente, poeta y periodista, libre, tolerante y fraterno, con profundo sentido de la igualdad, la solidaridad y la justicia social, honesto y confiado, franco y leal, inteligente y culto, de singular coraje y comprometido siempre con las grandes causas sociales. Vivió con sencillez cívica y austeridad republicana, y la muerte lo halló ‘ligero de equipaje' al decir de Antonio Machado. Fue, sobre todas las cosas, un servidor público, y este fue, seguramente, su máximo distintivo y honor (...)" (Cámara de Representantes, 39ª. Sesión Ordinaria, de 17 de julio de 2001).

Una personalidad ejemplar

Al aprobarse la Ley N° 17.459 en la Cámara de Senadores, el senador Juan Adolfo Singer decía que Hierro Gambardella "(...) demostró tener esa condición tan valiosa para un ser humano, cual es la de permitir el acercamiento y el diálogo entre gente de distinta edad, sobre todo cuando se trata de personas muchísimo más jóvenes, haciéndoles sentir que son iguales. (...) Puedo decir que en todos esos años de trabajo conjunto, de honda y, de su parte, nobilísima amistad, Luis Hierro Gambardella fue, sin exagerar nada, todo lo que se ha dicho de él, era un hombre inteligentísimo, talentoso y de una profunda cultura artística, literaria e histórica. Era una persona de un humanismo hondamente consustanciado no solamente con el pensamiento y la acción de José Batlle y Ordóñez, sino con las fuentes filosóficas del Batllismo. Fue un amigo de una lealtad francamente indescriptible, por lo emotiva, por lo solidaria, por estar al lado de uno cuando más se lo necesitaba, es decir, cuando andamos mal. Más que un homenaje, este es un reconocimiento a su trayectoria docente, de literato, de poeta, al designar con su nombre el Liceo Nº 55 de la ciudad de Montevideo. Esta es una de las cosas que Luis Hierro Gambardella más apreciaría. Estoy seguro que una vez que ese liceo adopte su nombre, estará honrando a Hierro Gambardella, pero también se estará haciendo lo propio con el liceo en cuestión. Ojalá que los alumnos de la institución tengan siempre a mano un compendio de la información sobre lo que fue su vida y su actividad política, como hombre de Gobierno y de Estado, así como de su desempeño parlamentario y periodístico. Encontrarán en él un ejemplo de vida que vale la pena tener presente, lo que es válido, incluso, para cada uno de nosotros" (Cámara de Senadores, 2ª. Sesión Ordinaria, de 5 de marzo de 2002).

El honor y la vocación democrática legados a sus descendientes

En el homenaje que realizara el Senado de la República con motivo del fallecimiento de Hierro Gambardella, quien ocupaba la Presidencia, el senador Walter Santoro, expresaba: "(...) Tal como se ha señalado aquí con mucha razón, don Luis Hierro Gambardella fue todo lo que tiene que ser un político. Fue un convencido de sus ideas y luchó por ellas; en ningún instante flaqueó. También fue un convencido de sus vocaciones. Le gustaba la poesía y la literatura. Hace unos instantes, recordábamos cuando en 1972 se le rindió homenaje por haber alcanzado, por su obra literaria, una importante distinción. Tuvo todos los elementos para constituirse en lo que debe ser un auténtico y verdadero político. Por ello, en el momento de su partida definitiva, cuando se hace un análisis y cuando quienes hablamos hacemos nuestro propio examen, podemos expresar que rindiendo tributo a don Luis Hierro Gambardella se puede, sin duda, homenajear al sistema político de nuestro país. Solamente en un marco político como el que tiene y practica nuestro país, pueden actuar en él hombres de la jerarquía intelectual y moral de don Luis Hierro Gambardella. Le rendimos nuestra solidaridad al Partido Colorado y, al mismo tiempo, a su hijo, el señor representante Luis Hierro López, que por suerte sigue el rumbo de su padre, por lo cual permitirá que, durante un tiempo largo, este apellido ilustre continúe figurando en la vida política del país" (Cámara de Senadores, 38ª. Sesión Ordinaria, de 19 de julio de 1991).

Un gesto en defensa de la democracia y la República

En oportunidad de discutirse el proyecto de reforma constitucional de 1966 en la Asamblea General, se produce un hecho intolerante e irracional, que el señor diputado Luis Hierro Gambardella refiere de la siguiente manera: "Señor Presidente: hace muy pocos minutos los legisladores fuimos sorprendidos por la noticia de que en un pasillo de acceso a una Sala de sesiones de las Comisiones de la Cámara de Representantes se pretendió agredir al señor Diputado Sanguinetti. No por razones afectivas, que la Cámara comprenderá son muy intensas, ni por solidaridad lógica, sino por tratarse de un Legislador, fuere cual fuere, quiero levantar en este momento mi palabra de honda solidaridad para con ese señor legislador, y de profunda protesta por la turbulenta acción de gente que ha perdido el control y pretende actuar con violencia cuando no tiene razones o derechos. El espectáculo de esta tarde, felizmente poco frecuente, significa un síntoma de convulsión y de revulsión que tenemos que reprochar y que tendremos que reprimir. Los hombres de la democracia que nos acercamos con tranquilidad y con fe a todas las expresiones de pueblo, tenemos que reclamar en todos sus actos comprensión y respeto para la labor del legislador, comprensión y respeto para la dignidad personal, física y naturalmente, para la libertad de expresión del legislador. Debo decir que seguramente la ceguera pasional en algunos casos va llevando lentamente pero de la mano hacia la violencia a grupos hasta ahora felizmente pequeños. Todos hemos sido sorprendidos en el Parlamento por esos grupos que intentan apremiarnos desde las antesalas por resoluciones, pidiendo nuestro pronunciamiento y llegando, en este caso increíble hasta la violencia física con un tan joven como distinguido legislador. No quiero protestar contra el pueblo porque él no es responsable de estas cosas, pero quiero protestar contra quien sea que haya levantado ese sentimiento oscuro y deplorable en gente de pueblo y de trabajo que ha tenido una reacción tan censurable. Expreso mi profundo sentimiento de solidaridad no ya con el amigo y con el compañero, con el casi hermano que es Julio Sanguinetti, sino con el legislador a quien se pretendió agredir, y manifiesto, además, mi tristeza y mi dolor porque en este Parlamento democrático se venga a actuar con violencia frente a la representación de la Ley" (Asamblea General, 254ª Sesión Extraordinaria, de 19 de agosto de 1966).

El alma nacional: la educación y la cultura

Finalmente, quisiéramos resaltar -sin entrar en su vasta trayectoria política y en su riquísima obra intelectual- lo que él definía como el "alma nacional": la educación y la cultura. En ese sentido, Hierro Gambardella expresaba: "(...) Somos un país que hemos caminado nuestro propio destino, por el inmenso desarrollo de la educación y la cultura nacionales; precisamente, uno de los más grandes bienes que tiene el ser uruguayo es la riqueza de su espíritu (...)". Asimismo, estuvo siempre en contra de los que deformaban "nuestro hablar y nuestro modo de pensar y de sentir", de los que usaban "los instrumentos del espíritu para invadir las conciencias de los pueblos, para retorcerlas, para cegarlas", y de los que al pensamiento "lo acallan, lo dominan y van reduciendo, cada vez más, la llama de la libertad individual en la conciencia de cada uno de los hombres que integra un país, hasta llegar a extremos de deformación absolutamente condenables" (Cámara de Senadores, 44ª Sesión Ordinaria, de 16 de agosto de 1967).

Con esta convicción, entre otras tantas cosas, realizó innumerables esfuerzos en favor de las políticas para el desarrollo educacional, artístico y cultural, complementados con la puesta en valor de nuestro acervo patrimonial; en consecuencia, apoyó las leyes sobre educación de los años 1973 y 1985 para garantizar fundamentalmente la libertad de conciencia moral y cívica del educando e impedir el avance de ciertas fuerzas tutoriales que estaban dominando a la enseñanza; promovió con justicia social el fomento y la difusión de las actividades y manifestaciones culturales, artísticas y educacionales en todos los niveles de la población (Decreto del Poder Ejecutivo N° 265/967, de 27 de abril de 1967), e impulsó el texto y la aprobación de la Ley N° 14.040, de 20 de octubre de 1971, para la salvaguardia del tesoro cultural de la Nación, que permite continuar difundiendo el mensaje de cómo se ha ido forjando nuestra sociedad, a través de sus costumbres y valores.

Recordar al profesor Luis Hierro Gambardella siempre lleva a la reflexión. Su trayectoria demuestra que fue una personalidad trascendente, relevante y notable, con una labor política útil, fecunda y excepcional, en todos los ámbitos en los que participó. Por eso, ha sido, es y será un pilar del Partido Colorado y de la Patria.

 

Gabriela Pena Schneiter - Técnica en Corrección de Estilo

Roberto Diego Pena Schneiter - Arquitecto




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