¿Qué obras?
Por Julio Aguiar Carrasco
 El Intendente de Montevideo anuncia que 2018 será “el año de las obras”. Lo mismo había prometido en 2017, sin cumplir, y la ciudad sufre la ausencia total de obras de infraestructura
Montevideo nació como fuerte militar, respuesta de la Corona española a la fundación de Colonia del Sacramento por parte de los portugueses.
Luego, fue ciudad puerto antes que capital, un proceso lento y costoso. Ciudad de inmigrantes, el siglo XX espera que Montevideo se consolide definitivamente.
En el inicio del mismo, un ciudadano capitalino de entonces vivirá una verdadera transformación. Caminando por el puerto, observará el inicio de las obras de remodelación del puerto, las que culminarían en 1910. No es necesario demostrar la importancia de esta obra, dada la envergadura del puerto y el enfrentamiento con el de Buenos Aires.
En 1904, este ciudadano puede manejar un auto: para 1930 había 37000 en la ciudad.
Si aquel mismo ciudadano se dirigía a la Ciudad Vieja, se encontraba con el hermoso edificio del Banco República.
En 1911 se llama a Concurso Internacional de Proyectos para el trazado General de Avenidas y Edificios Públicos en Montevideo.
El Primer Plan Regulador será presentado en 1912, en donde se incluye la construcción de la Rambla portuaria y Sur hasta el Parque Rodó: y de la Apertura de la Av. Agraciada.
El Plan incluía Parques y Jardines, como el Prado y Capurro; el Parque Central, hoy Parque Batlle y el Parque Durandeau (Parque Rivera).
En la década del 20, el cambio cultural de la ciudad cambiaba rápidamente: el barrio como unidad fue esencial para ello.
En aquella década se construyó nada menos que el Palacio Legislativo. Al mismo tiempo la Educación se expandía; la construcción de escuelas con una arquitectura muy característica.
En 1930, nuestro uruguayo con el mate bajo el brazo, llegaba al Estadio Centenario, en donde además se jugaba el primer Campeonato Mundial de Fútbol. Un poco más allá la pista de Atletismo y el Velódromo.
Uno observa las fotos de la época y la ciudad tenía un señorío, un estilo y hasta una personalidad, que ha perdido por un proceso de involución e irracionalidad urbanas.
Se me podrá decir que la ciudad ya se desarrolló y que grandes construcciones y sueños como aquellos ya no son posibles.
El razonamiento que hago, no trata de eso. Lo que pretendo decir es que una ciudad evoluciona con el tiempo, sus problemas no son los mismos, generación tras generación, los desafíos han cambiado y debe adaptarse a ellos.
Si alguien se fue hace 25 años de Montevideo y vuelve ahora, encuentra la ciudad muy parecida. Las obras nuevas han corrido por cuenta de ANTEL (Torre y el Antel-Arena) y los Shoppings, que son de privados. ¡La Rambla hace el resto!
En la segunda presidencia del Dr. Sanguinetti, el único proyecto urbano sobre la mesa era el Plan Fénix, impulsado por el Poder Ejecutivo que incluía, entre otras cosas, la remodelación del precioso edificio de la ex Central de AFE.
No voy a perder el tiempo hablando del recurrente tema de la basura, ADEOM mediante. Tampoco que Montevideo es una ciudad oscura, con lugares que antes eran lujosos y hoy dan pena (18 de Julio).
Cuando el Sr. Intendente dice que 2018 va a ser un año de grandes obras (ya lo había dicho en el 2017), ¿a que cuales se refiere?
El bacheo de calles transitadas y cambio de pavimento era una cosa corriente hace unas décadas. El túnel en Av. Italia está bien, pero en cualquier ciudad del mundo hay decenas de ellos: no da para vanagloriarse.
Me limito a un tema que se nos viene arriba a pasos agigantados y la IMM no parece darse cuenta. Me refiero al tránsito, caótico, anárquico, que ha crecido enormemente con la llegada del auto chino, miles de motos y ahora, bicicletas.
La IMM se limita a una concepción materialista: los agentes de tránsito están para recaudar, no para ordenar. ¡Nada menos pedagógico que esconderse para poner multas al barrer!
Montevideo no fue pensado para la dimensión actual del tránsito. No tiene grandes avenidas ni espacio para construirlas.
¿Entonces? ¿qué medidas tiene pensadas el Intendente Martínez? Por ahora son curitas y aspirinas, que alimentan el ego de un candidato.
Sobra gente y faltan ideas, como lo sucedido con el famoso y fracasado Corredor Garzón. Hay un tema cultural de fondo: indiferencia, conformismo y decadencia, malos hábitos de los que difícil salir si el gobierno los alienta.
Con esta ciudad así, ¿pretendemos organizar el Mundial de fútbol del 2030? Por favor, debimos haber comenzado a pensar qué y cómo lo vamos a hacer, hace 5 años por lo menos.
Por ahora, el Intendente habla pero no se ven obras. ¡Veremos a fin de año!
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